Sin embargo en realidad parece que las atrocidades del régimen saudí en Yemen, en particular, en la ciudad de Al-Maja, en la provincia de Taiz, fueron más fuertes que las del régimen de Tel Aviv durante la masacre de los palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en 1982 en Beirut, la capital de El Líbano o incluso sus bombardeos contra las escuelas de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en el Oriente Próximo (UNRWA) el año pasado.
Debido a la indiferencia de los medios de comunicación mundial, la mayor parte de la población del mundo no sabe nada de los crímenes del régimen saudí que perpetró recientemente en la ciudad de Al-Maja.
En declaraciones recogidas por la agencia local Saba, Tamim al-Shami, el portavoz del Ministerio yemení de Salud, subrayó que en dichos ataques más de 120 personas perdieron la vida, la mayoría mujeres y niños, y decenas resultaron heridos.
El funcionario yemení además de calificar a los bombardeos saudíes contra la ciudad de Al-Maja de vergonzosos, los tachó de crímenes de guerra contra los civiles que estaban durmiendo en sus casas. También aseguró que el régimen Al Saud atacó intencionalmente la planta de electricidad de la ciudad y acabó con la vida de su personal, así como mató a las familias que la eligieron como un refugio en un intento de huir de los ataques aéreos.
En un acto similar a los del régimen israelí, el régimen de Riad para justificar sus ataques contra la ciudad de Al-Maja alegó que las fuerzas del Ejército yemení y combatientes del movimiento popular Ansarolá estaban ocultos en el lugar de los hechos y el objetivo era un puesto militar yemení.
Sin embargo la masacre de los civiles fue tan claro que los yemeníes denominaban a aquel día del “Viernes negro". El ataque se registró el viernes, el 24 de julio.
El régimen israelí también cuando perpetra una matanza contra los civiles palestinos justificaba que las víctimas eran miembros del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS).
Por su parte, los medios de comunicación del occidente mediante su silencio desempeñaron un rol destructivo y animaron al régimen de Arabia Saudí a perpetrar horribles masacres contra el pueblo yemení, de estos medios solo la agencia Associated Press ofreció informaciones sobre este ataque y lo calificó del más intenso ataque desde que Arabia Saudí y sus aliados comenzaron el pasado 26 de marzo sus bombardeos en Yemen.
Según los informes, los bombardeos de la aeronave de Arabia Saudí fueron de manera que desmantelaron los edificios y calcinaron los cuerpos de los civiles durante su ataque en Al-Maja, y cuando los familiares no pudieron identificar las víctimas, los muertos fueron enterrados en una fosa común.
Ante este crimen las organizaciones pro derechos humanos como el Observatorio de los Derechos Humanos y la Amnistía Internacional solo expresaron su preocupación respecto a los ataques saudíes acaecidos en la ciudad de Al-Maja y no adoptaron medidas adecuadas para cesar o reducir tales ataques que apuntan a los civiles.
De acuerdo con las declaraciones de Hasan Busnan, miembro de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF), la mayoría de las víctimas de la ciudad de Al-Maja fueron familias procedentes de la ciudad de Taiz que han llegado a esta ciudad para visitar sus familiares.
La mayoría de esos perdieron la vida cuando estaban en su camino hacia los hospitales de la ciudad de Al-Hudayda ya que los centros médicos de Al-Maja debido a los ataques saudíes no tuvieron ni medicamentos ni equipos médicos para atender a los heridos.
Al fin los yemeníes temen de que estos crímenes de guerra del régimen saudí tanto contra Al-Maja como otras ciudades del país permanecen sin que nadie condene o procesa al régimen Al Saud por sus atrocidades o incluso la sangre de sus compatriotas se cae en vano como lo ocurrió respecto los ataques israelíes contra las escuelas de UNRWA, y su masacre en Sbara y Chatila.
En aquel entonces ningún grupo u organización denunció las autoridades del régimen israelí por estas atrocidades.