"Es la arremetida de la restauración conservadora o, como la llamó un intelectual portugués: la nueva guerra fría que devuelve al pasado y trata de aniquilar a los Gobiernos de cambio en América Latina", indicó Correa.
El mandatario ecuatoriano detalló los planes de esta corriente desestabilizadora y explicó que para debilitar a estos gobiernos se utiliza la estrategia de provocar movilizaciones callejeras y violencia.
Correa afirmó que no es una casualidad el surgimiento de un fenómeno común como protestas y planes de desestabilización en varios países de la región como Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela y Ecuador, donde las autoridades se están enfrentando a un descontento social.
"Enfrentamos una nueva derecha articulada nacional e internacionalmente infiltrados por agencias extranjeras de Inteligencia", subrayó Correa.
Hace dos meses que Ecuador es escenario de las protestas antigubernamentales organizadas por la oposición conservadora. Estas protestas han sido violentas y han causado desestabilización social y económica en el país.
Las manifestaciones empezaron cuando el gobierno dio a conocer una iniciativa que busca poner impuestos a las herencias de más de treinta mil dólares hasta setenta mil. Sin embargo, la iniciativa que se llama Ley de Herencias, fue removida temporalmente por el presidente Correa, quien ha convocado a todas organizaciones sociales para dialogar al respecto. Sin embrago, la oposición no ha dejado de sus protestas violentas y ha convocado a una marcha para el próximo 13 de agosto.