Actualmente, el líder de los guerrilleros de Tayikistán, Nosrat Nazarov, quien ha jurado lealtad a esta banda extremista, encabeza la rama tayika de Daesh en el territorio sirio. Asimismo, un excomandante de las fuerzas especiales de la policía de Ministerio del Interior de Tayikistán, Golmorad Halimov se unió a las filas de esta banda extremista; hecho que conmocionó al Gobierno del Dusambé.
A pesar de la falta de una cifra exacta del número los ciudadanos de Asia Central y el Cáucaso que se han adherido a Daesh en Siria e Irak, el aumento de la presencia de los ciudadanos de esta región entre los elementos de esta banda takfirí y la expansión de células de Daesh en las cercanías de las fronteras de los países de Asia Central ha provocado la preocupación de algunas naciones de esta zona.
Cabe mencionar que algunas regiones afganas en el norte y noreste de Afganistán, últimamente, habían sido testigo de la presencia de un gran número de elementos de Daesh.
En los últimos meses, los seguidores de Daesh, entre ellos los ciudadanos de Tayikistán, Uzbekistán, Chechenia y los integrantes del grupo Tahrik Talibán Paquistán (TTP), Lashkar-e Tayyaba y el Movimiento Islámico de Uzbekistán (MIU), han realizado varias actividades en parte norteña de Afganistán como la provincia de Faryab, Sarpol, Kunduz, Tajar, Balj, Jozan, Samangan, así como en las regiones que mantienen fronteras comunes con los países de Asia Central, entre ellas, las provincias nororientales de Badakhshan y Baghdis, y las provincias norteñas afganas de Tajar, Balj, Kunduz, Faryab y Jozan.
Es de suma importancia destacar que las células de Daesh actualmente utilizan banderas negras de esta banda terrorista en las fronteras de Afganistán con Tayikistán, Turkmenistán.
El peligro que constituye Daesh en Asia Central es un factor nuevo que se expande basado en la amenaza de la propagación del extremismo desde el territorio afgano a través de las fronteras de Afganistán hacia los países de Asia Central. En este proceso, Daesh al aplicar métodos propagandísticos busca expandir y fortalecer sus posiciones en los países de Asia Central, el Cáucaso y la región china de Xinjiang, situada en el oeste del gigante asiático.
De hecho, la inseguridad reinante en la parte norteña de Afganistán puede ser considerada una las estrategias que aplica el Occidente, encabezado por EE.UU., contra Rusia y los países aledaños a esta.
Con estas estrategias, las potencias mundiales, encabezadas por Washington, con la ayuda de sus aliados árabes, buscan marginar a Rusia desde la región de Asia Central y el Cáucaso, asimismo, pretenden debilitar y aislar a Rusia en dicha parte del mundo.
Para conseguir sus objetivos, las autoridades occidentales y árabes no escatiman esfuerzos para socavar y desestabilizar a Asia Central y el Cáucaso a través de los movimientos extremistas.
En esta misma línea, los rusos creen que la presencia de los ciudadanos de los países de Asia Central y Cáucaso entre las filas de Daesh y en Afganistán puede allanar el camino para materializar los objetivos geopolíticos de Estados Unidos, entre ellos, aumentar su influencia en dichas regiones.
Igualmente, Rusia cree que el peligro que constituyen las bandas extremistas, en particular Daesh, es preocupante e importante para Asia Central y el Cáucaso.
Según esta teoría, es posible que los terroristas reclutados por Daesh desde los países de Asia Central sean utilizados para llevar a cabo operaciones extremistas y bárbaras en esta misma región y no sean enviados a Siria e Irak. También es posible que los ciudadanos de Asia Central que se han unido a Daesh vuelvan a su país materno después de haber sido entrenado por esta banda terrorista.
Teniendo en cuenta el aumento de las amenazas que constituye Daesh contra los países de Asia Central en las redes sociales, es posible que incrementen las actividades terroristas por parte de los islamistas extremistas en los países de esta región.
Las preocupaciones de Moscú
Durante el mes pasado, el aumento de las amenazas de Daesh contra Asia Central y los nuevos cambios políticos surgidos en Armenia han causado la reacción del Kremlin.
Asia Central y el Cáucaso, como el patio trasero de Rusia, siempre ha estado bajo las amenazas de los países occidentales, y han sido considerados principales rivales geopolíticos del país euroasiático. Las revoluciones de color y la expansión de los movimientos y pensamientos extremistas son las principales amenazas para Asia Central y Cáucaso.
En efecto, los regímenes totalitarios en las regiones mencionadas debido a diversas debilidades pueden sufrir serios daños por las revoluciones de color, orquestadas por Occidente.
Últimamente, un gran número de ciudadanos de Armenia salió a las calles para mostrar su descontento por el aumento del precio de la electricidad. En esta misma línea, advirtieron de la posibilidad del surgimiento de la revolución de color en los países de Asia Central con la meta de generar caos en dichas naciones.
En este mismo contexto, un alto funcionario ruso reiteró que las inquietudes existentes en Armenia se traducen en un signo del inicio de una “revolución de color”. Asimismo, algunos de los legisladores rusos aseveraron que lo que pasa en las calles de Ereván, la capital de Armenia, puede ser considerado un primer paso hacia una revolución de color, similar a lo que ocurrió en Ucrania, Kirguistán y Georgia.
A pesar de que el alto nivel de pobreza, el deterioro de la situación económica, el desempleo, la inseguridad laboral fueron reconocidos por los analistas como las principales causas del surgimientos de las manifestaciones en Armenia, el Gobierno ruso cree que todas las revoluciones de color en los países de Asia Central surgieron según un mismo escenario y, de hecho, Armenia no es una excepción.
De igual modo, Moscú pretende que los manifestantes de Armenia defienden sus demandas sociales y no caminan en una vía ambigua de política y las revoluciones de color.
Rusia y Armenia son los miembros estratégicos de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y la Eurasia Unión Aduanera (EACU). Cabe mencionar que Rusia es el mayor socio comercial de Armenia. Más de dos millones de inmigrantes armenios viven en el país euroasiático.
El Gobierno de Moscú cree que la política de EEUU y su enfoque sobre los avatares en Armenia y, en particular, la mirada de la embajada norteamericana en Ereván, junto con las actividades de las organizaciones que apoyan la continuación de las protestas, es considerada un signo del surgimiento de una revolución de color en Armenia.
A pesar de todas las competencias internacionales existentes para alcanzar poder y proveer intereses nacionales, el Gobierno de Rusia intenta adoptar una serie de políticas antiterroristas tanto en nivel nacional como regional e internacional para erradicar a los elementos de Daesh y otras bandas terroristas que cometen actividades bárbaras en diferentes puntos del mundo. Con estas políticas, Moscú busca también hacer frente con todas las tentativas que desembocarían en el surgimiento de revoluciones de color.
Para conseguir dichas metas y proveer la seguridad de los países de Asia Central ante los elementos de Daesh, Moscú brinda su apoyo al Islam tradicional, proporciona las necesidades de sus aliados regionales, impide el financiamiento económico a los centros islámicos árabes, coopera con los países vecinos para proveer la seguridad regional, enfoca, profundamente en algunas organizaciones como la Organización de Cooperación de Shanghái (OSC), celebra maniobras militares en las regiones que mantienen fronteras comunes con Afganistán, de hecho, otorgó un préstamo de 200 millones dólares a Armenia.