Alwaght- Poco después de que las fuerzas iraquíes y los milicianos lograran expulsar a los elementos del grupo terrorista Daesh de la ciudad de Tikrit, capital de la provincia de Salah al-Din (centro del país), la banda takfirí se hizo con el control de las ciudades de Al-Ramadi, capital de la provincia de Al-Anbar, oeste de Irak, y la histórica ciudad de Palmira, situada en el centro de Siria, una prueba de que Daesh es una organización adaptable e innovadora que puede responder a sus fracasos en diversas formas, entre ellas, aprovecharse de la debilidad de su rival.
Teniendo en cuenta estas capacidades de Daesh, no está claro si las correrías aéreas de EEUU y su apoyo a las fuerzas iraquíes pueden debilitar a la banda terrorista y derrotarla, y de ser posible, ¿Cuánto tiempo duraría este proceso?
No obstante, esta estrategia norteamericana nos distrae de un asunto: los ataques aéreos así como entrenar y equipar a los aliados iraquíes y sirios no son los principales obstáculos de Daesh en su proceso expansionista, sino las condiciones militares, geográficas y la demografía en estos dos Estados.
A pesar de que el dominio de Daesh en las zonas sunitas le favorece la capacidad de preparar su aparato militar, esta banda no puede conseguir tantas victorias dentro del territorio iraquí que cuenta con una población de mayoría chií.
Efectivamente, la debilidad del Gobierno y el Ejército iraquí ante el fenómeno de Daesh, dio lugar a la formación de movimientos populares compuestos con milicianos. Este movimiento popular cuenta con el apoyo del Gobierno de Bagdad y por supuesto responde a sus exigencias.
El movimiento popular iraquí, que cuenta con el apoyo de Irán y el máximo clérigo chií de Irak, el ayatolá Seyed Ali Sistani, ha provocado grandes daños en las filas de Daesh. Paralelamente y de forma coordinada con los milicianos chiíes, las fuerzas kurdas se consideran otro gran obstáculo en el camino de la banda takfirí.
En otras palabras, Daesh no puede con los árabes chiíes y las fuerzas kurdas, entonces no es más que un grupo terrorista con un dominio limitado en zonas sunitas de Irak.
En Siria, la posición militar y política es más complicada en comparación con Irak, de tal manera que en el territorio sirio, el grupo terrorista es objeto de una enemistad más intensa. Mientras los sunitas iraquíes son mayoritariamente dominados por el grupo terrorista, los árabes sunitas de Siria se oponen totalmente a Daesh. Por su parte, el Gobierno de Damasco está luchando contra Daesh, aunque no tiene una capacidad suficiente para imponerse totalmente.
Principalmente, lo que impide el avance de Daesh dentro del territorio sirio es la presencia de un espectro de grupos rebeldes que cuentan con los árabes sunitas y kurdos en su lucha contra Daesh. En realidad los grupos rebeldes como Frente de los Revolucionarios, Frente Islámico, Frente Sur y Unidades de Defensores del Pueblo (kurdos) son los que han impuesto numerosas derrotas al grupo terrorista y le han impedido ir más allá de las provincias de poca población como Raqqa y Deir ez-Zor.
Es evidente que Daesh ha conseguido sobrevivir bajo su proclamado califato y se ha hecho con el control de varias zonas de poca población y recursos naturales. Del mismo modo, se ha aprovechado de los puntos débiles de sus rivales y ha elegido los desiertos del este de Siria y oeste de Irak para refugiarse cada vez que sufre una derrota. Como grupo terrorista, Daesh tiene la capacidad de sobrevivir, pero para crear un gobierno con poderío se tendrá que enfrentar a un gran número de problemas insuperables, pues su enemigo iraquí tiene mucho poder, mientras que en Siria tendrá que luchar con varios rivales.