"Instamos al Gobierno de Israel a revertir urgentemente sus recientes decisiones y a poner fin a la expansión de asentamientos", y "pedimos a Israel a que dé marcha atrás en su decisión de levantar nuevos asentamientos judíos en Cisjordania y Al-Quds (Jerusalén Este)", se lee en un comunicado emitido el miércoles por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
El comunicado de la UE coincide con las declaraciones del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki- Moon, quien ha mostrado su repudio respecto a esta decisión del régimen israelí.
"La colonización es ilegal ante la ley internacional, es un impedimento para la paz y no es coherente", ha dicho Ban, dirigiéndose al régimen israelí, al que pide que desista de esta decisión por el bien de todos.
No son pocas las protestas que se escuchan de una y otra pate, entre ellas, la de la senadora demócrata estadounidense Dianne Feinstein, presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado, quien urgió por nota a Netanyahu que impida la demolición de la aldea palestina de Susya, en Cisjordania.
Conforme varios medios locales, el veredicto desató una ola de indignación e ira entre los palestinos que se enfrentaron con la Policía israelí cuando una excavadora comenzó a demoler el primero de los edificios.
Los manifestantes arrojaron piedras, mesas y todo tipo de objetos contundentes al alcance de la mano a los operarios y a los agentes de policía que custodiaban el lugar, en una ola de violencia sin precedentes desde hace años.
Mientras, más de medio millón de israelíes viven en más de 120 asentamientos ilegales en los territorios ocupados palestinos, por lo que unos 700.000 palestinos han perdido sus hogares, de acuerdo con la ONU.