Los aviones de combate de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, bombardearon el lunes varias zonas del norte y oeste de la ciudad de Saada, noroeste de Yemen. El ataque de la aviación saudí tuvo lugar la misma jornada que entró en vigor el alto el fuego de cinco días de carácter humanitario que dos días antes había anunciado el régimen de Riad.
Un día antes del anuncio del alto el fuego, las correrías aéreas del régimen saudí contra una zona residencial en la ciudad de Taiz acabaron con la vida de al menos 140 civiles yemeníes. Aunque Riad especificó que se trata de una tregua humanitaria con el objetivo de ayudar a los civiles afectados por la guerra, los medios de comunicación creen que el cese al fuego temporal tiene solo un objetivo: distraer la atención pública de los crímenes cometidos por los saudíes en la provincia de Taiz, pues la alta cifra de víctimas civiles provocó la protesta de numerosas organizaciones regionales e internacionales.
Se trata del tercer alto al fuego anunciado desde la invasión saudí contra el territorio yemení. Otros dos llamados a tregua, en mayo y julio, anunciados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fueron violados por Arabia Saudí y sus aliados.
Hasta el momento, el movimiento popular de Ansarolá no ha adoptado ninguna postura oficial ante el anuncio de la tregua. Mohamed Ali al-Houthi, uno de los líderes de Ansarolá, afirmó que su formación no ha recibido ninguna declaración oficial por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) respecto al alto al fuego.
"Hasta que no haya una declaración oficial por parte de la ONU, no adoptaremos ninguna postura respecto a este asunto, sea positiva sea negativa", especificó Al-Houthi.
A su vez, Mohamad Naser Al-Bujaiti, un miembro del Consejo Político del movimiento popular Ansarolá, denunció que los aviones del régimen saudí suministran armamentos y municiones a los miembros de Al-Qaeda que se encuentra en Adén, camuflados como ayudas humanitarias.
"La mayoría de los cargamentos que llevan los aviones saudíes a la ciudad yemení de Adén (sur) no es ayuda humanitaria, sino armamentos y municiones destinados a armar a los elementos del grupo terrorista de Al-Qaeda", reveló en una entrevista concedida al sitio Web informativo y de análisis Alwaght.
En cuanto a las alegaciones de Riad respecto a las últimas victorias de la coalición en su ataque contra Adén, Al-Bujaiti aseguró que los logros de Arabia Saudí, régimen que cuenta con el apoyo de Al-Qaeda, no son comparables con las victorias del Ejército yemení y los movimientos populares en la misma localidad.
En una media de represalia ante los ataques aéreos de los aviones saudíes, el movimiento popular atacó una base militar de Arabia Saudí, situada en la frontera con Yemen.
Asimismo, se escucha de una y otra parte que hay cada vez más discrepancias entre los grupos opositores de Ansarolá. En este sentido, Riad Yasin el ministro de Asuntos Exteriores del expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, ha informado de una división entre los partidarios de Hadi.
En una entrevista concedida a la agencia noticiera Al-Quds al-Arabi, Yasin arremetió contra varios personajes cercanos a Hadi, quienes a su juicio, tienen un comportamiento dualista, pues a veces hacen de partidarios de Hadi mientras que en otras ocasiones abogan por el expresidente yemení Ali Abdolá Saleh.
Entre otros temas de disputa, agregó, varios de los partidarios de Hadi siguen sosteniendo la idea de hacer concesiones con Ansarolá en el marco de una solución basada en un acuerdo.
El 26 de marzo, Arabia Saudí comenzó una ofensiva aérea contra Yemen sin el aval de las Naciones Unidas, pero con luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.
Según los informes de una organización yemení defensora de derechos humanos, desde el inicio de las ofensivas saudíes contra Yemen al menos 4210 yemeníes han muerto y casi 5000 han resultado heridos.