Aunque el expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad, había declarado de forma precipitada (el pasado 3 de julio) la victoria de sus fuerzas en Adén, la realidad en el campo de batalla era muy diferente a lo que alegaba el expresidente fugitivo.
Los grupos invasores en Adén que luchan contra el movimiento popular Ansarolá están compuestos por una variedad de espectros, entre ellos algunos no tienen ninguna relación con Hadi. Los grupos terroristas Daesh y Al-Qaeda, los separatistas y los afiliados de Hadi, cada uno, con un motivo diverso, está luchando contra las fuerzas de Ansarolá. En este sentido, se prevé que surjan serias discrepancias entre estos grupos en cado de que uno de ellos consiga dominar Adén.
Después de que tres ministros de Hadi entraran en esta localidad yemení el pasado 18 de julio, bajo estrictas medidas de seguridad proporcionadas por las fuerzas saudíes, el llamado grupo separatista "Resistencia del Sur", en una declaración, pidió la salida inmediata del trio de autoridades de Adén. De forma paralela, el grupo terrorista de Daesh emitió un comunicado en el que anunciaba que sus elementos se habían desplegado en Adén para sacar adelante sus planes militares. Esta nota confirmaba la veracidad de las alegaciones de Ansarolá de que sus enfrentamientos en esta ciudad no forman parte de una lucha contra la resistencia popular, sino contra el terrorismo.
Pese a todos estos desafíos, los expertos creen que la ocupación de Adén por las fuerzas saudíes no será interpretada como la recta final de esta guerra, pues esta victoria no puede introducir cambios en las dimensiones generales de la guerra en Yemen.
Bruce Riedel, exoficial de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) y actual analista del instituto Brookings, cree que el sur de Yemen nunca ha existido una base de los huthíes ni de los afiliados del expresidente Ali Abdolá Saleh, pero sí, hacía el norte están cerca sus bases y cuentan con un apoyo masivo para llevar a los saudíes a un laberinto sin salida.
El experto, Adam Baron, analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, haciendo alusión a las diferencias entre las declaraciones de Hadi y las circunstancias del campo de batalla, afirma que el envío de fuerzas desde Adén hacia la capital de Yemen, Saná, con el objetivo de expulsar a los huthíes, es un desafío muy grande.
A su juicio, es un optimismo fuera de lógica, esperar que la caída de Adén se interprete como un efecto de domino que recaerá sobre otras zonas del país, pues los grupos principales en Adén que luchan contra los huthíes tienen objetivos separatistas y nunca se dejarán convencer para avanzar hacia el norte.
El 26 de marzo, Arabia Saudí comenzó una ofensiva aérea contra Yemen sin el aval de las Naciones Unidas, pero con luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.
Según los últimos informes, desde el inicio de las ofensivas saudíes contra Yemen al menos 1750 civiles han muerto y casi 3900 han resultado heridos.