Alwaght- Hace poco, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamad bin Salman Al-Saud, viajó a Paris y firmó ciertos contratos comerciales por valor de 12 mil millones de dólares con el gobierno francés. Este asunto volvió a desarrollar las relaciones entre Francia y los países árabes.
En mayo de 2015, el presidente francés, François Hollande, participó en la Cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por países árabes ribereños al Golfo Pérsico) como el primer alto funcionario occidental. Sólo durante los últimos seis meses, Francia ha firmado contratos por un valor de 3000 millones de dólares con Arabia Saudí para suministrar armas al ejército libanés, un contrato por valor de 7 mil millones de dólares sobre la venta de los aviones de combate tipo Rafale a Catar y un contrato por valor de 5 mil millones de dólares por la venta de este tipo de aviones de combate a Egipto. En este sentido, EEUU ha apoyado políticamente y financieramente a Francia.
Según los analistas, el acercamiento de París a los países árabes muestra el miedo de Francia al aumento de las relaciones entre Irán y EEUU. Es Decir, Francia busca aumentar su influencia en la región a través de apoyar las políticas regionales de los países árabes contra el país persa. Por ejemplo, Francia, y otros países occidentales, han apoyado las agresiones militares de Arabia Saudí contra Yemen.
Se puede decir que los países árabes ribereños del Golfo Pérsico tratan de demostrar a Washington que pueden recibir el apoyo de otros países occidentales y no dependen de EEUU. Los armamentos de Francia, como los aviones de combate Rafale, son muy importantes para los países árabes ribereños del Golfo Pérsico, especialmente en esta situación crítica de la región, y estos países tratan de usarlos en todos los conflictos regionales, como en Yemen, Libia o contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). De hecho, los países árabes siempre intentan atraer el apoyo de EEUU como un actor más poderoso, pero, debido a los cambios en algunas estrategias norteamericanas, recientemente se han aumentado las relaciones de estos países con Francia.
Además, Francia busca obtener beneficios económicos mediante sus apoyos a los países árabes. Hollande, a través de su apoyo a los países árabes, compite tanto con otros países europeos, como Inglaterra, tal es así que ha convertido su país en el primer protector occidental de los países árabes que obtiene los beneficios económicos. París, mediante su apoyo a la intervención militar de Al-Saud en Yemen, su política antiraní en las conversaciones Irán-G5+1 y su postura contra el gobierno de Bashar al-Asad, el presidente sirio, se ha convertido en el estrecho aliado occidental de los países árabes. Estos asuntos han causado que se desarrollen las relaciones de Francia y los países árabes y París consiga beneficios económicos.
De hecho, Francia ha adoptado una postura en el sentido de sus intereses en la región y la mayoría de sus decisiones han estado bajo la influencia estadounidense.
De acuerdo con los países árabes ribereños del Golfo Pérsico, todos los problemas regionales provienen de los esfuerzos de Irán para lograr la supremacía regional. Estos países creen que las actuaciones de Irán en Irak, Siria y Yemen están en el sentido de crear un nuevo imperio chiita en lugar de los gobiernos sunitas en la región. Los países árabes califican el acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales como un “escudo” que protege al país persa ante un eventual ataque militar de EEUU. Según los países árabes, tras este acuerdo, Irán ya tendrá mano libre en sus planes regionales.
Los países árabes ribereños del Golfo Pérsico están preocupados por el poder y la influencia de Irán en la región. Por eso, buscan aliados, como Francia y EEUU, para que puedan enfrentarse al país persa. Durante la reunión de Barack Obama, el presidente estadounidense, con los líderes del CCG en Camp David, los árabes pidieron apoyo militar y armamentístico de Estados Unidos para contrarrestar a Irán. Pero, la mayoría de los regímenes árabes consideran insuficientes estos apoyos. Ellos piensan que las cooperaciones militares con Estados Unidos fortalecerán su disuasión militar ante Irán, pero no son capaces de erradicar la influencia iraní en sus países y en la región. Ellos presentan “la intervención de Irán” en sus países como una gran amenaza en su contra. Estos regímenes árabes reaccionarios piensan que Irán podría cambiar el futuro político y religioso de la región y tienen mucho miedo a los posibles planes del país persa para derrocar sus monarquías.
Por lo tanto, los países árabes, sobre todo Arabia Saudí, creen que ya no pueden tener esperanza en el poder militar de Estados Unidos. Un acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 es un fracaso para estos países, ya que podría rebajar las tensiones entre Irán y Estados Unidos y mejorar la economía del país persa. También piensan que hay la posibilidad de que Washington prefiera cooperar con Irán que seguir sus relaciones con ellos. Los países árabes del Golfo Pérsico han observado los éxitos de Irán en los acontecimientos regionales y están conscientes de que para hacer frente contra la influencia del país persa requieren de más capacidades.
Por lo tanto, es obvio que Francia nunca dará un paso serio para resolver los problemas de los países árabes. A pesar de que los lazos entre Francia y el CCG favorecerá beneficios considerables a ambas partes, pero no supone una significante alianza estratégica. Francia sabe muy bien que una cooperación con los países árabes podría poner en peligro sus intereses europeos tanto en el campo de la lucha contra el terrorismo como el caso de los inmigrantes indocumentados. Por su parte, los países árabes del Golfo Pérsico están conscientes de que París carece de voluntad para eliminar sus preocupaciones regionales.