Bajo su liderazgo de cuatro décadas en la Cancillería saudí, Al-Faisal desempeñaba un papel muy importante en la toma de decisiones de su país tanto en la turbulenta región del Oriente Medio como en el ámbito internacional, por lo que se puede decir que varios acontecimientos sucedidos durante su dominio en la Diplomacia saudí, se deben estudiar considerando el efecto del individualismo en su trayectoria. Al-Faisal nació en el 2 de enero de 1940 en la ciudad saudí de Al Taif. El príncipe saudí fue el segundo hijo del rey Faisal, segundo monarca del reino. Se licenció en Economía en la universidad estadounidense de Princeton (en Nueva Jersey) en 1964. En 1971 fue nombrado como el subsecretario del Ministerio del Petróleo del país hasta el 13 de octubre de 1975 (siete meses después de que su padre, Faisal bin Abdelaziz, fuera asesinado por uno de sus sobrinos), cuando el entonces rey, Jaled bin Abdelaziz, lo eligió para asumir la cartera de Asuntos Exteriores. Por su buen nivel del inglés, ejercía también como el presidente de la junta directiva de la Universidad de al-Faisal en la capital saudí de Riad.
Durante su presencia de 40 años en el puesto, Al-Faisal fue testigo de numerosas crisis en la región, entre ellas, la Revolución Islámica de Irán (1979), la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), la guerra del Golfo Pérsico (1990-1991) que estalló a raíz de la ocupación de Kuwait por el Ejército iraquí y, como consecuencia, el ataque de EE.UU. y la coalición para liberar el territorio kuwaití, el 11 de septiembre de 2011, la ocupación de Afganistán en 2001 y la de Irak en 2003, las tres guerras de Gaza, avatares de la primavera árabe, la crisis de Siria y la invasión aérea de Arabia Saudí contra Yemen. Durante todos estos acontecimientos, su papel variaba conforme a la envergadura de las consecuencias de cada crisis para las políticas de Riad en la región. De igual manera desempeñó un papel importante en las guerras internas de El Líbano (1975-1990). Asimismo lanzó en 2004 la iniciativa del mandato del rey Abdulá: un plan de paz con el régimen de Israel a cambio de la retirada de todos los territorios ocupados palestinos y una solución al conflicto de los refugiados, lo que fue rechazado por el régimen de Tel Aviv.
Saud al-Faisal era considerado entre los partidistas del reinado árabe que siempre tenían tendencias bélicas, ante lo que a su juicio, era la influencia de Irán en la región. Durante los años que al-Faisal estuvo al frente de la Cancillería saudí, el enfoque de la Diplomacia del país árabe, respecto a los asuntos del Oriente Medio, se basó en la estructura y el pensamiento de las autoridades de Riad, es decir, institucionalizar la idea de mantener el statu quo y procurar no crear conflicto alguno. No obstante, los avatares del 11 de septiembre, la ocupación de Irak y la llegada al poder de los chiíes en este país, el acontecimiento de la primavera árabe, la crisis de Siria y Yemen son muestras del cambio del enfoque dentro de las políticas del reino, muy distintas respecto al patrón pasivo que seguía la Diplomacia del país. En este sentido hemos visto un comportamiento reaccionario por parte de Al-Faisal ante el papel regional de Irán en los últimos años.
Al parecer, el nuevo patrón será institucionalizado considerablemente en las políticas de su sucesor, Adel al-Yubeir, quien va a mostrar una imagen conflictiva y reaccionaria de su país en el entorno cambiante del Oriente Medio. Otro punto digno de mencionar es que la salida de Al-Faisal y la llegada de Al-Yubeir atenúan la importancia del individualismo dando más valor al papel y la posición estructural del Ministerio saudí de Asuntos Exteriores, de manera que el poder de esta entidad será compartido entre los príncipes saudíes y el Ministerio de Defensa del reinado.