Alwaght- El líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Abdul-Malik al-Houthi, declaró que todos los países agresores, incluidos Estados Unidos y Arabia Saudí, son responsables de la muerte del presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, Saleh al-Samad.
En un discurso en vivo, Al-Houthi aseguró el lunes que este crimen no quedará sin respuesta, al mismo tiempo que aseveró que tales agresiones no romperán la voluntad de la nación yemení de defender a su país.
Además subrayó que Al-Samad que fue “símbolo del sacrificio y la resistencia del pueblo yemení, cayó mártir junto a seis de sus compañeros después de asistir a una reunión en Al-Hudayda.
Al-Samad murió el pasado jueves como consecuencia de las heridas sufridas tras un bombardeo realizado por Arabia Saudí en la ciudad portuaria yemení de Al-Hudayda (oeste), anunciaron el lunes las fuentes locales.
Según estas fuentes, el Consejo Político Supremo de Yemen ha elegido a Mahdi al-Mashat como el sucesor de Al-Samad.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Yemen prometió una “respuesta aplastante” al asesinato de Al-Samad, diciendo que Arabia Saudí y Estados Unidos lamentarán su “aventurerismo criminal” en el pequeño país del Golfo Pérsico.
En una declaración emitida por la agencia oficial yemení de noticias SABA, la Cartera enfatizó el lunes que las fuerzas armadas yemeníes se reservan el derecho de asestar golpes severos a “los agresores y su coalición malvada”, advirtiendo que no estarían a salvo de los misiles balísticos yemeníes.
En la misma jornada del lunes, las fuerzas yemeníes y de Ansarolá lanzaron dos misiles balísticos Badr-1 contra la gigantesca petrolera saudí Aramco, en la región de Jizan, en el sur de Arabia Saudí. Hasta el momento no hay informes sobre posibles víctimas o daños materiales.
Las fuerzas yemeníes realizan estas operaciones en represalia por los incesantes ataques saudíes que han dejado, desde su inicio el 26 de marzo de 2015, un gran número de civiles muertos y heridos.
Yemen ha sido testigo de ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudí contra Yemen, desde hace más de dos años, los que tratan de socavar el movimiento popular Ansarolá y restaurar al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi en el poder.