El Gobierno prevé impulsar el uso de este tipo de vehículos a través del plan VEA
El coche eléctrico es un arma para combatir el cambio climático debido a que tiene cero emisiones. La contaminación atmosférica es más extrema en los grandes núcleos de población y ya se han vivido en los últimos meses las primeras restricciones en uso de coches para intentar frenar situaciones puntuales. Una prohibición acotada en el tiempo es una solución muy cortoplacista, por eso se promueve el uso de medios de transporte alternativos como el transporte público, la bicicleta o el coche eléctrico.
El coche eléctrico supone cero emisiones a la atmósfera por lo que es una buena alternativa para cuidar el medioambiente. En algunas ciudades puede optarse por servicios que ofrecen empresas como Car2go o Emov. Sin necesidad de tener un coche en propiedad estas empresas ofrecen la posibilidad de utilizar coches eléctricos sin conductor pagando en función del tiempo de uso.
Por otra parte, hay personas que prefieren la opción de comprar. España registraba a finales de 2017, según la DGT, más de 30.000 coches eléctricos de emisión cero. En caso de compra hay que echar cuentas para saber qué implica a nivel económico para el comprador.
MÁS INFORMACIÓN
¿Cómo afecta la compra de un coche eléctrico a tu bolsillo? Industria prepara más ayudas a los vehículos eléctricos e infraestructuras
¿Cuándo es más barato hacer la colada?
Ayudas para la compra del coche eléctrico: un modo de impulsar el uso de vehículos eléctricos ha sido el Plan Movea que ha evolucionado al Plan Movalt 2018, cuya partida se agotó a las pocas horas de ponerse en marcha. Para mediados de 2018 está previsto que salga el plan VEA, dotado con una partida de 16,6 millones de euros para impulsar la compra de Vehículos de Energías Alternativas. Esta partida ha sido calificada de insuficiente por asociaciones del sector y las patronales del motor. En todo caso, los que vayan a comprar un coche eléctrico y quieran optar a la ayuda tendrán que estar atentos de las últimas ayudas por si se acaban con la rapidez.
Puntos de carga: Antes de adquirir un coche eléctrico hay que saber dónde se va a cargar para asegurarnos de que vamos a poder hacer un uso adecuado. España está a la cola en número de puntos de carga exteriores. Esta puede ser una opción, pero no es la más recomendable, ya que la energía será más cara y hay muchas posibilidades de que el punto no esté cerca del lugar donde vivimos o trabajamos.
Lo más práctico es tener un punto de carga en el garaje donde aparquemos. Si se trata de una vivienda unifamiliar será fácil, solo necesitamos tener una toma eléctrica. La toma de electricidad habitual suele ser suficiente para cargar un coche eléctrico, pero lo recomendable es instalar un punto de carga específico, la llamada base mural de recarga. Si el garaje es colectivo no es necesario pedir permiso para instalar el punto de carga, basta con informar al presidente de la comunidad o al administrador de la finca. Los edificios nuevos están obligados a disponer de tomas eléctricas, pero en los garajes más antiguos se puede complicar porque no haya una toma donde instalar el punto de carga o que la que hay sea de la comunidad. Los costes dependerán de la situación de cada garaje y, sobre todo, de lo que cueste llevar la electricidad hasta nuestra plaza. Algo orientativo a tener en cuenta es el coste del mural de recarga que parte de los 500€ y puede llegar a los 1.000€. Por otra parte, el plan Movalt 2018 contemplaba ayudas de hasta 1.000€ para esta instalación, veremos si el plan VEA también. También se ha creado un plan de ayudas específico para llamado Plan Movalt infraestructura.
Combustible: en este caso el coste de un coche eléctrico está por debajo del de un coche convencional, ya sea a gasolina o gasoil. En España también es así a pesar de que somos uno de los países de la Unión Europea donde más cara es la electricidad. Por otra parte, el coste de recargar el coche en casa será menor que si se hace en puestos públicos.
Mantenimiento: en términos generales el mantenimiento debería ser más barato en un coche eléctrico, ya que tiene menos piezas y, por tanto, menos que revisar. En un coche eléctrico no hay cambios de aceite o filtros, tampoco se gasta el embrague o se rompe la correa de distribución porque son elementos que no tiene un coche eléctrico. Alguno de los costes que se mantienen en ambos tipos de coche son las ruedas. Por su parte, el coche eléctrico tiene la batería que puede perder capacidad y es parte fundamental del vehículo.
Seguro: los gastos de seguro de un coche eléctrico no difieren mucho del coste de un coche tradicional.
Impuesto Municipal de Circulación: se trata de un impuesto que se aplica al dueño de un vehículo por tenerlo en propiedad y por el derecho a circular. El IMC es un impuesto que depende de cada Ayuntamiento y, por tanto, presenta variantes según donde esté empadronado el titular del vehículo. Algunos Ayuntamientos sí contemplan ventajas para aquellos que opten por el coche eléctrico, Madrid y Barcelona están entre ellos, ya que ayudan a mantener limpio el cielo de sus ciudades al no tener emisiones.
Aparcamiento: aparcar con un coche eléctrico en las zonas de establecimiento regulado es gratis en algunas ciudades. Esta es una decisión que depende del Ayuntamiento, y en ciudades como Madrid o Barcelona es gratuito, una ventaja importante para muchos usuarios de vehículos eléctricos. Esta es una forma que tienen los municipios de impulsar el uso de coches eléctricos que no son contaminantes.
elpais