Sin embargo, el régimen de Al Saud, sin escuchar el llamado de la ONU y de la delegación de Saná para el establecimiento de una tregua al menos durante el mes de Ramadán, continuó sus ataques brutales contra el pueblo yemení. Cabe recordar que los musulmanes consideran sagrado el Ramadán, incluso antes del Islam, los árabes prohibían luchar durante ese mes.
Después de la rueda de prensa del enviado de la ONU, el portavoz de la delegación de Saná atendió una cita con los medios en la cual responsabilizó de la falta de resultados en las conversaciones de Ginebra a Arabia Saudí y algunas otras partes, si bien, mostró una actitud positiva al considerarlas el inicio de un proceso de paz para Yemen.
Para las partes yemeníes la solución de la crisis solo se logrará a través de diálogos yemeni-yemení.
En esta misma dirección y en el marco de los acontecimientos de los últimos días sobre los diálogos de paz en Yemen se estudian algunos puntos:
Primero, muestra el compromiso y la insistencia de la nación y los grupos yemeníes con la opción de la resistencia. Lo importante es que la resistencia no significa dejar de lado los diálogos y concentrarse en la opción militar, sino la resistencia es una estrategia para todos los campos y ante los complots internos y externos. Si no hubiera esta resistencia popular durante estos tres meses, sin lugar a dudas, la parte saudí y sus partidarios yemeníes no habrían aceptado que los diálogos yemení-yemení se celebren en otra ciudad y no en Riad, capital saudí, y sin ninguna condición.
Revisando las declaraciones de estas partes en los primeros días del inicio de la agresión de Arabia Saudí contra Yemen, se entiende claramente que Riad no tenía intención de dialogar con las facciones yemeníes, menos con el movimiento popular Ansarolá, y lo único que busca por medio de sus ataques militares son sus propios objetivos.
Empero, testificamos que, gracias a la resistencia valiente del pueblo y los grupos yemeníes, los ataques fueron neutralizados y, contrario a lo esperado por Riad, el ejército y las fuerzas populares lograron tomar bajo su control cerca del 90 por ciento del territorio yemení mientras la contraparte se vio obligada a aceptar los diálogos en una tercera ciudad.
Es importante mencionar que los saudíes al principio afirmaban que asistirían a unos diálogos solo si se celebraran en Riad pero en práctica tuvieron que aceptar que esas conversaciones se realizaran en Ginebra. Es obvio que la resistencia en el campo de batalla posibilitó los diálogos políticos a favor de los intereses de la nación yemení.
Otro punto destacado es la necesidad de que el pueblo yemení se prepare para una resistencia sacrificada y duradera. Hoy en día la nación yemení ha entrado en un camino en que no se avizora un retorno por las vías pacíficas con soluciones que favorezca el país.
Por otro lado, el estudio de los recientes acontecimientos demuestra que el enemigo saudí y las partes internacionales que se benefician de esta crisis no permitirán una solución fácil de esta crisis, ya que no les beneficia. El estudio de crisis similares en otros países que han adquirido importancia internacional prueba que a las potencias les interesa prolongar la crisis y la desestabilización de los países y que no tienen ninguna voluntad de acabar esta situación sino que se esfuerzan por avivarlas de diferentes formas. Por tanto, la nación yemení debe preparase para hacer frente a tal situación.
Pero junto a estos ejemplos de resistencia a nivel internacional, hay otro ejemplo a nivel cultural y geográfico que se refleja en el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá). Durante su resistencia de 18 años entre los años 1982 y 2000 (la ocupación de Beirut por el régimen de Israel y la salida total y forzada de este régimen de El Líbano), Hezbolá logró hacer fracasar en la práctica a un enemigo que ya había derrotado a 6 ejércitos árabes. Este resultado no fue logrado a través de diálogos, sino a través de la resistencia en todos campos.
Al final, es de mencionar que la nación y los grupos yemeníes pueden tomar como ejemplo a este tipo de grupos en la vía para superar las dificultades y saber que aunque a largo plazo, protegerán el destino, la dignidad y el honor de su pueblo. No se debe olvidar que El Corán asegura que quienes sigan este camino serán los vencedores y, en las últimas cuatro décadas, hemos sido testigos de esta afirmación.