Alwaght- Hace tres meses, cuando el exenviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Yemen, Jamal Benomar, y los representantes del movimiento popular Ansarolá y otros grupos políticos estaban a punto de llegar a un acuerdo para solventar la crisis en el país, el dimitido presidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado del régimen saudí, comenzó a obstaculizar este proceso llamando a una agresión militar saudí contra Yemen.
Transcurridos más de 80 días de unas incesantes ofensivas militares, Arabia Saudí no ha conseguido ninguno de sus objetivos a pesar de cometer crímenes de guerra condenados por la ONU y varias otras organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI). Además, un mes antes, Ansarolá, el ejército yemení y otras tribus que viven en las regiones fronterizas, protestaron legítimamente contra las agresiones militares de Al Saud. Aparte de las profundas diferencias entre los saudíes, los jefes de las tribus de la ciudad de Najrán, sur de Arabia Saudí, rompieron su silencio y condenaron la agresión militar a Yemen y la ocupación de Najran por el régimen saudí.
Omán y otros países comenzaron a mediar entre las partes involucradas en la crisis yemení. Como resultado de estos esfuerzos políticos, el Secretario General de la ONU tras designar a Ismail Ould Sheij Ahmed, como nuevo enviado especial para Yemen, puso en la agenda un diálogo yemení-yemení en la ciudad suiza de Ginebra. En paralelo a las medidas del representante de la ONU en Yemen, los saudíes intentaron por todos los medios celebrar los diálogos en Riad, capital saudí, y en este sentido apelaron a sus aliados como algunos miembros de la Congregación Yemení por la Reforma, conocida también como Al-Islah, (los Hermanos Musulmanes de Yemen) y los jefes de algunas tribus.
Pero, las presiones internacionales los obligaron a aceptar la celebración de las conversaciones de paz en Ginebra. Sin embargo, Al Saud ha intentado cambiar el contenido de las negociaciones a su favor e imponer su voluntad a través de los sobornos políticos y financieros. Asimismo, el régimen saudí ha tratado de imponer otras condiciones en los diálogos de paz mediante la continuación de sus ataques brutales contra el pueblo yemení y contra las infraestructuras económicas del país árabe además de apoyar militarmente al grupo terrorista Al-Qaeda y a otros de sus títeres en algunas regiones en Yemen.
Los saudíes pidieron a Ansarolá y al ejército yemení que abandonaran las provincias liberadas de la ocupación de Al-Qaeda y los seguidores de Abdu Rabu Mansur Hadi, pero Ansarolá y otros grupos yemeníes no lo aceptaron y resistieron ante Al Saud. Entonces, el enviado especial del secretario general de la ONU, a través de un comunicado declaró que los diálogos de paz entre los grupos yemeníes se celebrarían el 15 de junio de 2015 en Ginebra en dos salones separados donde las partes dialogarán por medio del representante de la ONU. Ismail Ould Sheij Ahmed, ha asegurado que los saudíes no participan en esta reunión y únicamente los representantes de Mansur Hadi (una delegación de cinco personas), el movimiento popular Ansarolá y sus aliados, el partido Congreso General del Pueblo (CGP), el Partido del Encuentro Común (JMP por sus siglas en inglés) y el movimiento separatista del sur de Yemen participarán en esta reunión.
En el primer paso de estas conversaciones, los grupos yemeníes se concentrarán en el alto el fuego en el país, especialmente en el sagrado mes de Ramadán, y en el segundo paso comenzarán los diálogos políticos. Los saudíes intentaron obtener el apoyo del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por países árabes ribereños del Golfo Pérsico) y la Liga Árabe (LA) y poner la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y las demandas del CCG como las bases de las negociaciones de Ginebra. Pero, los grupos yemeníes no lo aceptaron e insistieron en continuar los diálogos previos de paz que habían sido realizados en Yemen. Ya que los saudíes no pudieron obstaculizar el proceso de paz, no han parado sus ataques contra Yemen y tratan de usar estos ataques como una palanca de presión sobre el pueblo y grupos yemeníes para que puedan ganar concesiones políticas.
Los estadounidenses han asegurado que el régimen de Al Saud se verá obligado a parar sus ataques contra Yemen después de que los grupos yemeníes lleguen a un acuerdo en Ginebra. Aunque los partidos del Consejo Supremo Revolucionario de Yemen creen que los saudíes continúan obstaculizando el proceso de paz, han aceptado participar en las negociaciones en Ginebra. Después de una reunión extraordinaria del CCG, las fuentes cataríes declararon que si los grupos yemeníes no llegan a un acuerdo, los saudíes iniciarán ataques terrestres al país árabe. Ansarolá y el ejército yemení, en respuesta, anunciaron que si Arabia Saudí lo hace, los yemeníes cuentan con muchas opciones que serán reveladas en el campo de batalla.