Con fecha anterior, Adel al-Yubair, el actual canciller saudí, cuando era embajador saudí en EE.UU., afirmó que no sería de sorprender si Arabia Saudí empezara nuevos esfuerzos para el logro de armas nucleares y, de esa manera, poder enfrentar a un Irán nuclear.
Cabe señalar que Arabia Saudí ha pagado el 60 % del desarrollo nuclear de Paquistán bajo la condición de que le venda ojivas nucleares. En este marco, en las últimas tres décadas, Riad ha financiado gran parte del programa nuclear paquistaní. Arabia Saudí ha financiado la industria defensiva de Paquistán y, según expertos, ha ayudado a los laboratorios de la nucleares y las de construcción de misiles de ese país. La visita del sultán bin Abdolaziz Al Saud, exministro de Defensa saudí, a los centros nucleares de Paquistán en los años 1999 y 2002 es una prueba de los estrechos nexos que mantienen los dos países.
Gary Seymour, asesor del presidente estadounidense, Barack Obama en asuntos de desarme, opina que los saudíes creen que existe un entendimiento entre ellos y Paquistán y, que en el peor de los casos, podrían recibir armas nucleares de ese país. Sin embargo, una fuente en el Ministerio de Defensa saudí ha filtrado informes sobre los esfuerzos de su país para conseguir armas nucleares de Paquistán y los ha considerado lógicos, dadas las crecientes preocupaciones de Riad sobre la posibilidad del acceso de Irán a la tecnología de producir armas nucleares. No obstante, asegura que lo divulgado hoy en día por los medios de comunicación es una predicción y no se puede fiar en ello. Por su parte la Cancillería paquistaní ha calificado de “mentiras e infundios” las noticias sobre la venta e tecnologías nucleares a Riad.
Independientemente de la certeza de esos datos, hay que tener en cuenta que debido a su visión sobre los avatares regionales y el aumento del poder de Irán en el mundo árabe, los saudíes han decidido revisar su situación y esforzarse al respecto, en especial en cuanto a las plantas nucleares. En este sentido, han firmado acuerdos con Francia, China y Corea del Sur, al mismo tiempo que han conservado sus relaciones con Paquistán para comprar las tecnologías nucleares y científicas que les ayuden al respecto.
Decepcionados del fracaso del plan de Oriente Medio libre de armas nucleares, y por la falta de capacidades internas para lograr la tecnología nuclear, los saudíes han decidido ocultar su debilidad pidiendo ayuda a una potencia nuclear. Francia, China y en especial Paquistán son potencias nucleares con las que Arabia Saudí busca obtener la tecnología nuclear.
Al parecer, el establecimiento de relaciones nucleares con esas potencias por sí solo no puede ayudar al logro de los objetivos saudíes, pues Arabia Saudí es miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y ha firmado el protocolo adicional y el sistema de inspecciones. Asimismo, EE.UU. vigila cualquier movimiento saudí al respecto, en especial cuando se trata de nuevos rivales para el régimen de Israel y la llegada de una competencia nuclear. Esta situación daña la ecuación y el poder autoritario de EE.UU. en la región y define un sistema nuevo para el Oriente Medio que no beneficia a los occidentales.