Latinoamérica y el Caribe se enfrentan a un enorme desafío ante la persistente violencia contra las mujeres, que costó la vida al menos a 1.831 de ellas en 2016 y tiene su máxima expresión en Honduras, alertaron hoy altos funcionarios de la ONU.
La directora regional Adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Lara Blanco, dijo que "en efecto las tasas" de feminicidio en esas zonas "son las más altas" del mundo, en el marco de la presentación de un informe regional sobre la situación de la violencia contra las mujeres.
"Hay algunos países que preocupan especialmente", como Honduras, que tiene una tasa de feminicidio que está por encima de 10 por cada 100.000 habitantes, por lo que "es la más alta del mundo".
"Pero, además, por el solo hecho de que esté por encima de 10 significa que es un problema de salud pública en ese país", añadió Blanco, quien resaltó sin embargo que ha habido una "muy leve disminución" en otros países centroamericanos, como El Salvador. Con los países del llamado Triángulo Norte centroamericano, que además de Honduras y El Salvador integra Guatemala, "tenemos muchísima preocupación", añadió.
"A nivel de Centroamérica, las dimensiones son especialmente devastadoras, donde dos de cada tres mujeres asesinadas mueren por razón de su género", dijo la funcionaria de la ONU.
El informe, denominado "Del compromiso a la acción: políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe", fue presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres ante diputados del Parlamento Latinoamericano (Parlatino) en la Ciudad de Panamá.
El director del Centro Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, Richard Barathe, dijo que las altas tasas de violencia contra las féminas en esta región, que son "las mayores del mundo", constituyen "efectivamente un desafío enorme por ser una situación persistente".
Barathe agregó que una situación grave es la que se da en el Caribe, donde ningún país ha adoptado políticas de segunda generación que aborden integralmente este flagelo que, remarcó, "tiene un costo (económico y social) muy alto".
Según el informe, en 16 países de América Latina y el Caribe se registraron en 2016 un total de 1.831 asesinatos de mujeres, frente a 1.661 en 2015, lo que deja en evidencia el incremento de los feminicidios en la región, destacó la ONU al presentarlo.
También detalla que un 38 % del total de esos homicidios son cometidos por las parejas de las víctimas, y que en 15 países del Caribe solo en 2014 fueron asesinadas 1.678 mujeres. El informe señala que en las Américas el 29,8 % de las mujeres ha sido víctima de violencia por parte de su pareja, y un 10,7 % ha sufrido violencia sexual fuera de la pareja.
A nivel mundial, el 35 % de las mujeres fueron víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja o de violencia sexual por parte de personas distintas.
En el aspecto económico el estudio da cuenta además de que en Paraguay y Perú, por ejemplo, la violencia contra las mujeres tiene un costo aproximado del 2,39 % y el 1,2 % del Producto Interno Bruto (PIB), respectivamente.
El documento alienta a la creación de planes nacionales a nivel local y políticas con un enfoque multidimensional; a fortalecer las acciones de reparación de las víctimas para su empoderamiento económico; y a trabajar con los hombres, especialmente los jóvenes, para sumarlos como socios en la lucha para terminar con la violencia contra las mujeres.
En ese sentido, Barathe indicó que en "la región más peligrosa del mundo para la mujer" hay "mucho compromiso (institucional) por parte de los Estados para abordar la violencia con leyes muy avanzadas". Blanco, a su vez, alertó de que los datos del informe no reflejan las cifras absolutas de algunos países como Brasil o México, que registran un elevado número de feminicidios.
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