Alwaght- El presidente de El Líbano, Michel Aoun, declaró el miércoles que nada justifica la detención del primer ministro libanés, Saad Hariri en Arabia Saudí.
“Nada justifica la falta de retorno de Hariri durante 12 días. Por lo tanto, lo consideramos detenido”, indicó Aoun en un comunicado.
El mandatario libanés afirmó que Beirut no acepta que Hariri siga siendo “un rehén”, cuya razón de arresto es desconocido y calificó el incidente como un acto de agresión saudí.
Además agregó que El Líbano había confirmado que la familia de Hariri estaba detenida en su casa en Arabia Saudí y que la registraron cada vez que entraron o salieron de ella.
Hasta el momento, los funcionarios libaneses habían dicho que Hariri probablemente se encontraba bajo arresto domiciliario o en detención temporal en Riad, capital saudí.
Por su parte, el canciller libanés, Gebran Bassil, cuestionó la prolongada estancia de Hariri en Arabia Saudí, al calificarla de “misteriosa”.
“Es la primera vez en la historia de la república que un funcionario anuncia su dimisión desde el extranjero”, declaró el miércoles Bassil al periódico egipcio árabe Al-Ahram, al mismo tiempo que subrayó que el regreso de Hariri a El Líbano se ha convertido en una “prioridad nacional”.
“Nuestro primer ministro podría anunciar su renuncia en el territorio libanés y sería todo normal, pero hasta ahora no lo ha hecho y esto crea una situación de ambigüedad”, aseveró.
El presidente francés, Emmanuel Macron, invitó el miércoles a Hariri y a su familia a viajar a Francia.
“Tras haberse entrevistado con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, y el primer ministro libanés, Saad Hariri, el presidente de la República ha invitado a Hariri y su familia a Francia”, informó el miércoles el Palacio del Elíseo en un comunicado, en el que no dio más detalles.
Hariri anunció el pasado 4 de noviembre su renuncia a través de una declaración televisiva desde Arabia Saudí, citando temores sobre su vida y acusando a Irán y al Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) de interferir en asuntos internos de los países árabes, lo que ha sido rechazado por ambas partes.