El Gobierno de Estados Unidos ha liberado este viernes a una niña mexicana de 10 años con parálisis cerebral, diez días después de que la ambulancia que la trasladaba a Texas para una operación fuera detenida en un puesto de control en una carretera, según ha informado la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU).
La detención de Rosa María Hernández ha sido duramente criticada por grupos defensores de derechos civiles y algunos demócratas que se oponen a las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre inmigración.
La decisión de liberar a Hernández se ha producido tres días después de que la ACLU demandara al Gobierno estadounidense por detenerla sin una orden y por la violación de sus derechos.
Hernández debía someterse este martes a una operación de vesícula biliar y viajaba en la ambulancia junto con una prima estadounidense desde Laredo -donde la niña vive con su familia- a un hospital en Corpus Christi, a unos 210 kilómetros de distancia.
Los agentes fronterizos permitieron que Hernández llegara al hospital y la esperaron fuera de su habitación mientras comenzaba su recuperación antes de ponerla bajo custodia y llevarla a un refugio federal en San Antonio, en el estado de Texas, según ha asegurado la abogada de la familia de la niña.
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