Al respecto de Irak y la caída de Ramadi, cabe mencionar que el gobierno y ejército iraquí, después de un año de lucha contra Daesh, muy pronto perdieron el control de la ciudad de Ramadi, llamada la puerta de Bagdad, por los ataques de unos 200 terroristas .
Es probable que nosotros reprochemos al gobierno y al ejército iraquí por escatimar esfuerzos para defender a la ciudad de Ramadi, como lo que ocurrió en 2014 respecto a la ciudad Mosul. Pero, si analizamos el asunto, comprenderemos que los problemas no son únicamente el gobierno y el ejército iraquí, sino que Daesh es un movimiento terrorista que amenaza a todos los países, tanto a Irak y Siria. Este grupo terrorista es considerado una amenaza a nivel internacional .
Hay que destacar que Daesh, además de un grupo militar, es un movimiento mental y político. Hay tres puntos importantes que se deben analizar para encontrar un modelo correcto para luchar contra este grupo terrorista y eliminarlo de la faz del mundo: 1) el contexto social, 2) la posición ideológica, 3) la falta de un poder garante para la seguridad en la región y en el mundo. Estos elementos en una sociedad pueden ayudar a la penetración y desarrollo de Daesh y otros movimientos semejantes. Si una sociedad no tiene una estructura unida y fuerte, los grupos takfiríes pueden entrar en esta sociedad, meterse en las diferentes capas y desarrollarse. Hasta ahora, los crímenes del grupo terrorista EIIL han provocado que sean usadas todas las capacidades internacionales y regionales para luchar con esta lacra en Irak y Siria. Pero, en realidad, este grupo terrorista está buscando cumplir con sus principales planes políticos, sociales e ideológicos en la región de Asia occidental hasta las fronteras occidentales de Afganistán y Paquistán, consideradas como un área peligrosa cerca de las fronteras orientales de Irán .
Entretanto, Irak y Siria no son los únicos objetos de preocupación. Las recientes declaraciones del general John Francis Campbell, comandante de las fuerzas lideradas por los Estados Unidos en Afganistán, no recibieron la atención merecida en medio de los acontecimientos en Irak y Siria. Campbell advirtió sobre el aumento de la influencia de Daesh en Afganistán, afirmando que “el EIIL está reclutando activamente a los combatientes talibanes que están decepcionados por la falta de progreso en más de 10 años de lucha para derrocar al Gobierno en Kabul, pero todavía Daesh no ha comenzado sus operaciones en Afganistán”. En declaraciones similares, el asesor de la seguridad nacional de Afganistán, Mohamad Hanif Atmar, señaló que “el Gobierno afgano considera al EIIL como un peligro serio y vital igual que Al-Qaeda para los intereses nacionales del país”. En un discurso ante el Parlamento, Atmar declaró: “hace tres meses, Daesh anunció su postura sobre la soberanía de Afganistán. Ellos no solo consideran ilegítimo al Gobierno de Kabul, sino ven a todos los países regionales como parte de su llamado califato, por lo que han encargado al conocido terrorista paquistaní Hafez Said de propagar sus planes en la región”. Atmar manifestó su preocupación sobre el futuro de la situación en la región para después afirmar que “el grupo terrorista Movimiento Turquestán Oriental en China, busca aumentar sus operaciones en este país. El grupo terrorista Ansarolá de Tayikistán está tratando de fortalecerse. El grupo terrorista autodenominado Movimiento Islámico de Uzbekistán tiene como objetivo atacar al Gobierno central para después llegar a Rusia. El terrorista Lashkar Taiba también busca entrar en Cachemira, al noreste de Afganistán y Paquistán ”.
Por otra parte, el diario ‘Afganistán’ que se publica en Kabul, subrayó en un artículo que “los miembros de Daesh no han entrado en Afganistán desde Irak y Siria, ellos son las fuerzas locales de la banda. Debido a las situaciones culturales y sociales en Afganistán, la ideología de los terroristas del EIIL se ha convertido en una fuente de inspiración para los grupos extremistas”. Además, un analista de los asuntos políticos de Afganistán resalta que “la estructura ultra tradicional de la sociedad afgana, el analfabetismo y los pensamientos religiosos radicales han allanado el terreno para el crecimiento de la ideología extremista de los grupos terroristas”. En medio de la grave situación de seguridad en la región, surgen serias dudas sobre si el enfrentamiento militar debe ser la única estrategia para luchar contra Daesh y otras bandas terroristas .