El producto empleado para contaminar los tarros de comida infantil fue etilenglicol que se utiliza como anticongelante
Los habitantes de Ortskern von Ofterdingen, un pueblo de 4.800 almas en Baden-Württemberg, apenas podían creer que un helicóptero de la policía aterrizase en el campo deportivo de la localidad mientras docenas de agentes tomaban las calles. El motivo de semejante despliegue era la detención de un alemán de 53 años con historial psiquiátrico y sospechoso de haber envenenado cinco tarritos de comida para bebés y haberlos colocado en los estantes de varios supermercados alemanes con el fin de extorsionar a sus propietarios.
El pasado 16 de septiembre envió un correo electrónico con la ubicación delos alimentos envenenados con etilenglicol, un compuesto químico incoloro y ligeramente dulce que se utiliza, por ejemplo, como anticongelante. Tras comprobar que era cierto, la policía publicó su foto, una imagen tomada por las cámaras de seguridad de un supermercado, pidiendo colaboración ciudadana para su identificación. En pocas horas fueron recibidos más de mil correos electrónicos y más de 200 llamadas con posibles pistas, demasiada información para ser procesada, pero resultó clave la llamada de un empleado de una droguería que reconoció al cliente y llamó cuando todavía se encontraba en la tienda.
En el momento de la detención, llevaba encima cierta cantidad de etilenglicol y la policía considera que ha manipulado al menos unos 20 alimentos todavía no encontrados, por lo que pide precaución. Antes del registro de su vivienda se había deshecho de un ordenador y un par de zapatos.
abc