Alwaght- El régimen de Israel continua vender armas a Myanmar (Birmania) en medio de las violencias del Gobierno birmano contra los musulmanes rohingyas y su genocidio.
“(Esta crisis) no ha contenido la política del ministerio de asuntos militares de Israel, que se niega a detener la venta de armas y equipos militares a Myanmar”, reza un informe publicado el lunes por el diario israelí Haaretz, al referirse a cifras de musulmanes asesinados recientemente en el estado oriental de Rajine.
Esto se produce mientras que cerca de 90 mil musulmanes rohingyas huyeron a Bangladés desde que estalló la violencia en Myanmar el pasado mes de agosto.
En la misma jornada del lunes, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, instó a los países islámicos a tomar “medidas prácticas” ante la continua violencia y la catástrofe humanitaria que vive la minoría rohingya del país asiático.
Al expresar la disposición de Irán a ofrecer cualquier tipo de ayuda para resolver la crisis, Zarif condenó al silencio de la comunidad internacional ante la injusta e “inhumana represión” contra los rohingyas en Rajine y pidió una acción “crucial” para prevenir una mayor limpieza étnica.
Por su parte, la Premio Nobel de la Paz paquistaní Malala Yousafzai, condenó estas violencias y afirmó que las autoridades birmanas deben reconocer la ciudadanía de los rohingyas, dejarlos de considerar inmigrantes y no imponerles restricciones, como la privación de la libertad.
Además instó a la comunidad internacional dar refugio a los miles rohingyas desplazados por la violencia. “Otros países, incluido mi propio país, deben seguir el ejemplo de Bangladés y proporcionar alimentos, refugio y acceso a la educación a las familias de rohingyas, que intentan escapar de la violencia y el terror”, aseveró.
Al menos 400 personas han muerto en Rajine desde que el Ejército birmano intensificó la represión militar contra los rohingyas el pasado 25 de agosto, convirtiéndola en la peor ola de violencia contra la minoría perseguida en décadas, según cifras oficiales.
Rajine, el hogar de un gran número de musulmanes rohingyas, que ha sido escenario de violencia comunal a manos de extremistas budistas desde 2012.
El Gobierno birmano niega la plena ciudadanía a la población de 1,1 millones de habitantes rohingyas y los considera como inmigrantes indocumentados de Bangladés. Sin embargo, muchos creen que los rohingyas son una comunidad de antiguo linaje en Myanmar.