La quinua, un pseudocereal cuyo grano mide menos de 3 milímetros de diámetro, es hoy la propuesta de los Andes latinoamericanos para combatir el hambre mundial.
"La gente no consumía la quinua en áreas urbanas. Incluso no tenía precio porque solo se producía para el uso familiar", dice Jesús Equise, ingeniero representante del departamento de Investigación y Desarrollo del Centro Internacional de la Quinua, en Bolivia.
El llamado "regalo ancestral", largamente menospreciado por ser "alimento de los indios", se cultiva desde hace siete mil años en las tierras altas andinas desde Colombia hasta Argentina, según la publicación Quinua, el regalo ancestral.
Si bien existen más de 17 variedades principales de este pseudocereal, en Bolivia se produce la llamada 'quinua real' en el altiplano sur de la región intersalar, entre los departamentos de Ororu y Potosí, que es catalogada por Equise como "la única en su tipo".
En su parte externa, la quinua está protegida por una subcapa con saponina (un glucósido) que cubre el grano interno, según recogió el jueves RT.
La variedad de esta planta en el altiplano sur boliviano tiene doce horas de fotosíntesis y crece en suelos profundos y arenosos con procedencia volcánica, expone el experto.
El cultivo en la meseta altiplánica, una zona fría, también determina la formación de los granos. El desarrollo de la planta es largo y necesita de seis a siete meses para que madure lentamente.
"Esto la hace diferente de otras zonas de Perú, de Titicaca, a la región Puno, suelos que no tienen esas características", agrega.
2013 fue declarado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) como el "Año Internacional de la Quinua", debido a su "importante papel en la erradicación del hambre, la desnutrición y la pobreza", afirmó el director General del organismo internacional, José Graziano da Silva.
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