Se trata de tumbas de una tipología nunca antes vista, «más o menos trapezoidales, pero con un pequeño estrechamiento en la parte superior y con la cabeza no marcada»
El hallazgo casual de un vecino de la localidad zaragozana de Lobera de Onsella en 2014 ha llevado a descubrir en este municipio una necrópolis de los siglos X y XI que se encuentra en el cerro de San Miguel y donde se han excavado hasta el momento 17 tumbas que corresponden a hombres, mujeres y a dos niños de 9 y 11 años.
Así lo han explicado este jueves en rueda de prensa el diputado provincial delegado de Turismo de la Diputación de Zaragoza (DPZ), Bizén Fuster, el alcalde de Lobera de Onsella, Chabier Mayayo, y el decano del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras de Aragón, el arqueólogo y antropólogo José Ignacio Lorenzo, señalando que este sábado, 5 de agosto, se dará a conocer el hallazgo a toda la población con una jornada de actividades.
El alcalde del municipio, Chabier Mayayo, ha detallado que fue un vecino de Lobera de Onsella quien encontró de forma casual este yacimiento en 2014 mientras se encontraba realizando la limpieza de su campo y apareció una primera tumba.
En ese momento, "vimos que era antigua" y el consistorio se puso en contacto con el Gobierno de Aragón para que permitiera excavar en la zona, donde estaban apareciendo más enterramientos. En colaboración con el Ejecutivo autonómico y la DPZ se ha llevado a cabo la excavación y estudio de los restos que mostrarán en una jornada este sábado, día 5.
La jornada comenzará a las 12.00 horas con una conferencia a cargo del arqueólogo José Ignacio Lorenzo, a la que seguirá la proyección de un vídeo sobre el yacimiento y la inauguración de una exposición con fotografías de este espacio. A las 19.00 horas se llevará a cabo una visita guiada a la necrópolis.
El arqueólogo José Ignacio Lorenzo ha resaltado la "importancia" que ha tenido esta intervención por la "colaboración inusual" que se ha dado entre las tres instituciones implicadas --Ayuntamiento, Gobierno aragonés y Diputación de Zaragoza-- que ha permitido realizar el estudio de dos muestras de dos tumbas en Estados Unidos.
«No es una tumba medieval más»
"No se trata de una tumba medieval más", ha asegurado el experto, al destacar dos particularidades de estos enterramientos. En primer lugar, la datación de las tumbas las ha situado entre los años 943 y 1024, "muy antiguas, que nos sitúa en los orígenes del Reino de Aragón" en el caso del año 943, y en el antiguo reino de la Bal d'Onsella, y ha agregado que hasta ahora los enterramientos más antiguos procedían del siglo XI.
Asimismo, ha resaltado su tipología "diferente", que se define por primera vez, dado que son tumbas "más o menos trapezoidales, pero con un pequeño estrechamiento en la parte superior y con la cabeza no marcada", además de rodeadas de losas de piedra que delimitan los laterales.
Hasta el momento se han excavado 17 tumbas "y todas con esta tipología, ha apuntado, al observar que se trataría de una población que se asentó en el cerro de San Miguel y, por los siete individuos analizados, eran personas "del valle del Ebro", no muy altos, con 1,65 o 1,70 metros de altura máxima y que se observan físicamente "castigados" en sus extremidades y con signos de "mala alimentación, con gingivitis generalizada en la dentadura".
17 tumbas excavadas
De esas 17 tumbas excavadas, dos pertenecen a niños de 9 y 11 años de edad, tres a mujeres de más de 30 años -cuando lo habitual en la época era que las mujeres fallecieran en el parto- y el resto son hombres de distintas edades. En todos ellos "se aprecian que tienen relaciones familiares".
No ha aparecido ningún otro material arqueológico ni de cerámica junto a los huesos, si bien era común en la época que los cuerpos no se enterraran junto a objetos por orden de la Iglesia y solo se salvaban de esta norma los "privilegiados", como los Reyes de Aragón.
Lorenzo ha manifestado que este año desean estudiar la extensión total de la necrópolis y encontrar otros restos humanos. En este punto, el alcalde ha observado que se desconoce la extensión exacta del yacimiento, pero ha estimado que "supera al núcleo actual de Lobera de Onsella", dado que ocupa el actual cementerio y parte de los campos anexos.
Por último, el diputado provincial Bizén Fuster ha subrayado que la institución apoya a los municipios "en la recuperación de su patrimonio y para que conozcan su historia y su cultura", incidiendo en que gracias a la ayuda de la Diputación de Zaragoza se ha llevado a cabo el estudio sobre los restos encontrados en este yacimiento.
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