Alwaght- Las diferencias entre los chiíes del Gobierno iraquí y de los grupos paramilitares, la posición tomada por los políticos locales, la existencia de una brecha entre los suníes, el papel de los estadounidenses, etc. han provocado una situación frágil de seguridad en la provincia de Al-Anbar. A pesar de desafíos y amenazas de ocupación de la ciudad de Al-Ramadi por el grupo terrorista EIIL (Daesh, árabe), también se puede mencionar puntos positivos y ventajas para este evento:
1. La caída de Al-Ramadi a manos de Daesh fue un recordatorio de lo que sucedió en Mosul en Junio de 2014. Los puntos de semejanza entre las dos invasiones son la falta de resistencia, el escape de fuerzas de seguridad y de la policía durante el enfrentamiento y la preparación del escenario para la ocupación de esta ciudad por Daesh.
2. La toma de Al-Ramadi demuestra que el sistema ineficaz y corrupto de fuerzas de seguridad y la policía no son capaces de proteger a Irak de los terroristas y de sus amenazas. Los eventos sucedidos en Irak durante el año pasado demostraron que el Ejército iraquí y las fuerzas militares no tienen ningún sentimiento patriótico para defender a su país. La destitución del comandante de la operación de Al-Anbar y el jefe de la policía por Haidar Al-Abadi, el presidente iraquí, muestra su intención para modificar este sistema militar corrupto.
3. La ocupación de Al-Ramadi puede ser considerada como un fracaso de políticas de Haidar al-Abadi respecto a los asuntos interiores y sus medidas para formar relaciones estrechas con el occidente. También su viaje a Moscú es otro signo de fracaso. La caída de esta ciudad tiene mucha importancia ya que durante los últimos meses luego de que Haidar al-Abadi asumiera el cargo, se ha observado victorias significativas para el Gobierno iraquí como Amerli, Yorf Al-Sajr, Al-Azim y finalmente Tikrit.
4. Lo que pasó en Al-Ramadi también es un fracaso para los políticos suníes de Al-Anbar. El partido estaba absolutamente en contra de utilizar fuerzas voluntarias iraquíes, conocidas como Al-Hashad Al-Shabi, pero actualmente necesita la asistencia de esta movilización popular. Se puede ver lo mencionado en el voto del Consejo Provincial de Al-Anbar para la entrada de las fuerzas voluntarias de Al-Hashad Al-Shabi en la guerra contra Daesh. Dicha posición debilitará la base popular de este partido y fortalecerá su oposición a largo plazo.
5. Otro punto probado por los eventos de Al-Ramadi era la capacidad única de las fuerzas voluntarias Al-Hashad Al-Shabi para hacer frente a Daesh y la ineficacia del Ejército iraquí y las fuerzas militares. El enfoque del Gobierno para facilitar la entrada de estas fuerzas voluntarias a Al-Anbar demuestra que el presidente iraquí ha entendido que solo los Al-Hashad Al-Shabi pueden mejorar la situación insegura de la ciudad. Definitivamente lo mencionado aumenta la legitimidad de esta movilización popular.
6. La entrada de las fuerzas voluntarias de Al-Hashad Al-Shabi en los frentes de guerra en Al-Anbar también produjo un cambio en el enfoque de Estados Unidos. Los estadounidenses estaban totalmente en contra de su asistencia pero actualmente no solo no tienen ninguna objeción sino que están de acuerdo con una presencia supervisada y dirigida por Haidar al-Abadi. El reconocimiento de Al-Hashad Al-Shabi como fuerzas militares legítimas que están luchando contra del terrorismo se puede considerar como un gran logro.
7. La violencia de Daesh hacia los suníes de Al-Ramadi demuestra que el gran perdedor de esta guerra son los creyentes de esta secta del Islam. Hoy una gran parte de ellos están desplazados y la otra asesinados por el grupo terrorista. La caída de Al-Ramadi y los crímenes de terroristas pone fin a esta creencia falsa que Daesh es el salvador de los suníes iraquíes.
8. La provincia de Al-Anbar ha experimentado un ciclo variable desde la derrota de Sadam hasta el momento actual. El ciclo empezó con caos y desorden, mejoró mucho con la apariencia de Sahavat (un grupo de nómadas que luchaban contra los takfiríes) y desde 2011 fue empeorando de nuevo. Las decisiones de los suníes también han jugado un papel importante en dichos cambios.
Teniendo en cuenta que la mayoría de la población de Al-Anbar con suníes, se puede predecir que después de la limpieza total de dicha provincia realizada por las fuerzas voluntarias de Al-Hashad Al-Shabi, el gobierno iraquí va a dar el poder de nuevo a los nativos de la región (como en Tikrit).