Alwaght- El director de investigación de Amnistía Internacional (AI), Lynn Maalouf, declaró el miércoles que Arabia Saudí está utilizando la pena de muerte como arma para silenciar a los chiíes.
“Estas ejecuciones brutales son el último acto en curso de las autoridades saudíes en la persecución de la minoría chií. La pena de muerte se está empleando como un arma política para castigarlos por atreverse a protestar contra su trato y obligar a otros a callarse”, aseveró Maalouf en un informe.
Esto se produjo después de que Arabia Saudí ejecutara el martes a cuatro chiíes en la provincia de Al-Sharqiya, por acusaciones de llevar a cabo actividades terroristas.
“La comunidad internacional debe presionar duramente a Arabia Saudí para asegurarse de que los demás que actualmente enfrentan la ejecución después de profundos procedimientos legales no cumplen el mismo destino. Arabia Saudí debe anular sus condenas de muerte y establecer una moratoria oficial sobre las ejecuciones”, según el informe.
Amnistía Internacional también documentó otros 34 casos de hombres chiíes condenados a muerte en la mayoría de los casos a raíz de juicios injustos basados principalmente en confesiones obtenidas mediante tortura.
De acuerdo con este informe, mediante tales medidas, los manifestantes chiíes busca silenciar a los manifestantes que se quejan de la marginación de la monarquía saudí, exigen reformas, la libertad de expresión, la liberación de los presos políticos y el fin de la discriminación económica y religiosa contra dicha región.
El caso más polémico ocurrió el pasado 2 de enero cuando Arabia Saudí ejecutó al prominente clérigo chií el sheij Nimr Baqer al-Nimr, junto con otros 46 personas por cargos de “terrorismo”, una medida que provocó una ola de condena y protestas a nivel internacional por parte de diferentes gobiernos, organizaciones y grupos.