Alwaght- Mientras los ataques, las agresiones y el asedio de la coalición liderada por Arabia Saudí contra el oprimido yemení se acercan al segundo mes, no se puede encontrar a ningún analista militar o político que pueda alegar que la coalición haya logrado sus metas a través de esas medidas salvajes. Al Saud, con sus ataques indiscriminados, ha causado destrucción y muerte en Yemen, pero no ha podido lograr que los yemeníes dejen de apoyar su revolución.
Hoy en día, es evidente que la sociedad yemení brinda total respaldo a la revolución y está a la espera de una oportunidad propicia para vengarse de sus agresores, los saudíes. Dado que las operaciones militares de Arabia Saudí, por un lado, se han prolongado más de lo esperado, han sufrido derrotas y no han alcanzado sus objetivos anunciados y no anunciados y, por otro, Riad se enfrenta a presiones internacionales, al régimen agresor no le queda otra alternativa que cesar sus bombardeos y poner fin al cerco impuesto al pueblo yemení. Cabe destacar que en los últimos días ha habido distintas evidencias al respecto.
Si repasamos los signos que se transmiten directa e informalmente y echamos un vistazo a los medios saudíes que califican de infructuosa la continuación de la guerra de Yemen y tratan de buscar una salida a esa crisis autocreada, Se puede deducir que esa actitud muestra la satisfacción implícita de los saudíes para participar en los diálogos de paz en Yemen que se celebrarán en Ginebra con mediación de las Naciones Unidas. Asimismo, aunque la celebración de la conferencia denominada “Salvar a Yemen” realizada en Riad con la participación de algunos grupos yemeníes y sin la asistencia del Movimientos popular Ansarolá no ha tenido resultados en el ámbito político y en el campo de la guerra en Yemen, esta misma conferencia revela la tendencia innegable de Arabia Saudí para terminar las operaciones militares e iniciar los diálogos. Cabe destacar que Arabia Saudí sabe bien que después de varias semanas desde el inicio de sus locas operaciones militares, no han podido causar ningun cambio en el escenario político de Yemen, por tanto, de hecho, espera mucho de las conferencias de paz donde intentará imponer sus ideas.
La influencia de Arabia Saudí se limita solo a celebrar algunas reuniones muy limitadas, unilaterales y sin efectos, como la que se realizó hace unos días, en la capitalina Riad. Los organizadores y los controladores de las conferencias que se celebrarán en el futuro, serán los mismos yemeníes y los grupos políticos de ese país que, con su paciencia y resistencia, han podido tolerar los sufrimientos de los ataques y las agresiones militares y salir de esta crisis con dignidad. Imaginar que un agresor que no ha podido lograr nada con sus agresión excepto vergüenza y engaños, pueda ser protagonista de un contexto político, es algo irreal y sinsentido.
Finalmente, lo que puede ayudar a mejorar la situación en Yemen es la llegada de naves con ayudas humanitarias, como la enviada por Irán para el pueblo yemení. El barco persa se llama Neyat y está previsto que llegue y descargue en el puerto yemení Al-Hadida. Esta medida iraní si alcanza desarrollarse según lo previsto en los próximos días, pondría fin práctico al asedio ilegal e inhumano impuesto por Riad contra el pueblo yemení. Cabe mencionar que, según las declaraciones de altas autoridades iraníes, esta vez, hay una firme voluntad para hacer llegar la ayuda humanitaria al pueblo yemení y Arabia Saudí u otro país no podrá obstaculizar esta meta. Si se tiene en cuenta que periodistas internacionales y activistas pro derechos humanos se encuentran a bordo del barco iraní, se entiende que ningún país obstaculizaría la misión de la nave ya que corre el riesgo de ser responsable ante la comunidad internacional de cualquiera de sus aventurismos. Esta nave no dejará de lado su misión salvo si es atacada y eso precisamente conllevará imprevistas y vastas consecuencias para los agresores. De hecho, ningún país se atreverá a enfrentarse con este desafío en las situaciones actuales.
Al fin, con la derrota del cerco, se eliminará el último obstáculo para iniciar los diálogos políticos y serán restablecidas las condiciones normales y, por tanto, el pueblo yemení, después de dos meses de “resistencia y paciencia estratégicas” podrá acercarse más a sus objetivos legales.