Alwaght- El ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid al-Moalem, advierte que el presidente sirio, Bashar al-Asad constituye una línea roja y afirma que las Naciones Unidas no tiene derecho a hablar de futuras elecciones presidenciales en Siria.
“Ni él (el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura) ni ninguna otra persona, sea quien sea, tienen derecho a hablar de elecciones presidenciales. Dicha responsabilidad recae exclusivamente en el pueblo sirio”, ha declarado Al-Moalem durante una rueda de prensa celebrada en Damasco, capital siria.
De hecho, el canciller sirio ha comentado que el enviado de la ONU no tiene derecho a sobrepasar las normas de la ONU e ignorar la realidad siria con el fin de satisfacer los intereses de una sola parte e insiste en que el Gobierno de Damasco jamás aceptará precondiciones en los diálogos.
El canciller sirio al confirmar la participación de su Gobierno en las conversaciones de paz patrocinadas por la ONU, indica que fracasarán si la oposición tiene "delirios de que podrán tomar en Ginebra el poder que no ha conseguido ganar en el combate".
También ha expresado su esperanza de que el diálogo intersirio abarque al mayor espectro de grupos de la oposición, sobre todo, de la oposición interna, ya que esta nos sigue designios del exterior.
Sobre el papel de los kurdos en los diálogos, Al-Moalem señala que son ciudadanos sirios y están en el mismo frente del Gobierno luchando contra los grupos terroristas como Daesh y el Frente Al-Nusra, entre otros.
En otra parte de sus declaraciones, Al-Moalem asegura que Turquía no ha disparado ni un solo tiro a los terroristas del EIIL. Damasco, añade, jamás permitiría que el Gobierno de Ankara se aproveche de la crisis de los refugiados y pide la repatriación de todos los desplazados.
Al final de sus palabras, ha denunciado la decisión de la Liga Árabe (LA) de declarar terrorista a Hezbolá, tachándola de iniciativa “tonta e impropia”, si bien Siria no se extraña de tal decisión, pues viene del mismo organismo que dio luz verde a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) en Libia.