El temblor de magnitud 7,8 se originó fuera de la capital Katmandú, el peor movimiento telúrico que haya asolado a esta nación pobre del sur de Asia en más de 80 años. Tuvo tanta potencia que se sintió en el norte de la India, además de Bangladesh, Tíbet y Pakistán, donde un total de 50 personas perdieron la vida.
En Katmandú se pueden ver derrumbes de edificios, particularmente antiguos, incluidos templos y monumentos. Medios locales han informado además de que la torre Dharahar, un importante atractivo turístico, se ha convertido en escombros.
India reaccionó inmediatamente tras el sismo, y el primer ministro, Narendra Modi, convocó una reunión de su Ejecutivo para abordar la situación en el país y trasladar ayuda a Nepal.
Según medios locales, el terremoto duró entre 30 segundos y dos minutos. Los efectos del terremoto han llegado incluso hasta las cumbres del Everest.
Un número aún no confirmado de montañeros han fallecido en el campo base al pie del Everest.
Un funcionario de turismo dijo que al menos 18 personas murieron cuando una avalancha desatada por el terremoto arrasó el campamento base del Everest.