Alwaght- El 22 de abril de 2015, el régimen saudí declaró el alto el fuego unilateral en Yemen. Así lo anunciaron autoridades, como el ministro de Defensa de Arabia Saudí quien informó que Riad había puesto fin a sus operaciones aéreas llamadas “Tormenta Decisiva”, y el portavoz de la coalición comandada por Arabia Saudí, Ahmed Asiri, explicó que sus fuerzas habían podido destruir los cohetes del movimiento popular yemení Ansarolá que amenazaban la seguridad de los países vecinos de Yemen y, por tanto, Arabia Saudí daba inicio a nuevas operaciones bajo el nombre “Restaurar la esperanza” en Yemen con el objetivo de resolver la crisis en este país árabe a través de la vía política y ayudar a los heridos yemeníes.
Pero, en realidad, ¿quién triunfó en la guerra contra Yemen? ¿Cuáles fueron las causas de la suspensión de los ataques saudíes a Yemen? ¿Los saudíes consiguieron sus objetivos en esta contienda? y ¿a qué cambios se enfrentará Yemen?
Para responder la primera pregunta, se pueden indicar los objetivos que anuncio Al Saud antes de iniciar sus ataques a Yemen y considerar si se han concretado dichos objetivos. Reponer en el poder al fugitivo presidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, en Yemen, debilitar el poder militar de Ansarolá, dominar las provincias yemeníes a través de los seguidores de Hadi, reducir la probabilidad de ataques de Ansarolá a Arabia Saudí y sus aliados y, en general, retomar el control del país árabe fueron los objetivos saudíes en Yemen.
Los saudíes para alcanzar sus objetivos han cometido “cualquier” crimen, como la formación de una coalición árabe o los bombardeos de las ciudades yemeníes con diversos tipos de armas, incluso no convencionales. Según las fuentes saudíes, el régimen de Riad durante 27 días realizó 2415 bombardeos aéreos en Yemen. Durante estos ataques, casi 3 miles personas, la mayoría de ellas civiles, entre los cuales se cuentan 400 niños, fueron asesinadas. ¿Al Saud ha conseguido sus metas a través de estas acciones inhumanas?
La respuesta es clara. Así como tampoco han logrado su objetivo de perjudicar el poderío militar de Ansarolá. Este movimiento domina totalmente el estrecho estratégico de Bab el-Mandeb. Este asunto se considera una amenaza para la alianza saudí-estadounidense-sionista en la guerra con los revolucionarios yemeníes. Ansarolá ha tomado el control en 18 provincias de Yemen y, en otras dos provincias, los revolucionarios se enfrentan con miembros del grupo terrorista Al-Qaeda. Las ciudades de Taiz, Saná, Adén y Saada están bajo el control de los revolucionarios.
Se pueden indicar algunos probables motivos de la suspensión de la agresión saudí contra Yemen. Arabia Saudí ha matado a muchos ciudadanos yemeníes, destruido un gran número de viviendas, mezquitas y hospitales y, en general, las infraestructuras del país árabe con el apoyo total de organizaciones y potencias internacionales, como Estados Unidos. Estas acciones inhumanas han manchado la imagen de Arabia Saudí y este asunto puede ser una causa que llevó a la monarquía a declarar el alto el fuego unilateral.
Otro asunto es el papel de los estadounidenses. Según el portavoz de Ansarolá, los estadounidenses ordenaron a los saudíes que acabaran sus ataques contra Yemen porque no habían podido materializar sus objetivos.
De hecho, se puede decir que también las consultas diplomáticas entre las partes influyeron en la suspensión de los ataques saudíes.
El otro punto planteado son cambios futuros en Yemen. Pocas horas después de declarada la tregua unilateral en Yemen, los aviones saudíes continuaron bombardeando algunas regiones del país árabe, como la provincia de Taiz. Este asunto muestra que la tregua no es real ni permanente. Yemen se enfrenta a una situación crítica y se puede decir que, en realidad, la guerra saudí contra Yemen recién ha comenzado. Si este alto el fuego dura, el movimiento Ansarolá podrá tomar el control de todas las ciudades yemeníes y expulsar a los terroristas de Al-Qaeda del país árabe. De hecho, la coalición saudí-estadounidense-sionista y los grupos takfiríes no han sido capaces de reducir la potencia militar de Ansarolá y los revolucionarios.