Científicos de una Universidad en Estados Unidos enlistan sugerencias para evitar excesos.
CIUDAD DE MÉXICO (23/SEP/2016).-Diversos estudios revelan que comer alimentos crujientes, pintar de azul las paredes de la cocina o comedor, comer con tenedor grande, así como usar platos y tazones pequeños, tomar un vaso de agua antes de comer y escuchar música suave son seis sencillas claves que ayudan a consumir menos comida.
Un grupo de científicos de la Universidad Brigham Young en Utah, Estados Unidos, publicó los resultados de un análisis sobre el efecto de los sonidos de la comida en el consumo.
Los investigadores realizaron tres experimentos, y a todas las personas que se sometieron al estudio se les dio de comer alimentos crujientes, como pretzels y galletas, pero algunos usaron audífonos para escuchar música a un volumen alto, mientras comían.
De acuerdo con el estudio, se observó que las personas que podían escucharse masticar comían 30 por ciento menos que las personas que no podían.
"Típicamente, se etiqueta al sonido como el sentido olvidado de los alimentos", dijo el autor del estudio Ryan Elder, "pero si la gente está más enfocada en el sonido que hacen los alimentos, podría reducir su consumo".
El llamado "efecto crujiente" es tan sólo el más reciente de una serie de inteligentes trucos que, según los científicos, pueden ayudar a reducir las cantidades de comida que consumen las personas.
En un comunicado se informa que otra de las recomendaciones es pintar de azul las paredes de la cocina o el comedor. La revista de decoración de interiores Contract halló que cuando organizaron un buffet en tres habitaciones de diferente color, los invitados de la habitación azul eran menos propensos a comer.
Asimismo, comprar platos, servilletas o manteles azules también puede ayudar a saciar el hambre inconscientemente, además de comer con tenedor más grande "entre más grande el tenedor, menos comerás", afirmaron los investigadores de la Universidad de Utah.
En 2011, se publicó un estudio en el Journal of Consumer Research, en el que se usaron dos tamaños de tenedores en un popular restaurante italiano para medir cuándo comía la gente.
La autora principal, Tamara M. Masters, concluyó que los participantes que usaron los tenedores más grandes comieron menos que los participantes con los tenedores más pequeños.
Según Masters, debido a que la comida de los comensales con tenedores grandes desaparece con mayor rapidez que la de los comensales con tenedores pequeños éstos creen inconscientemente que se están atiborrando y se obligan a dejar de comer en comparación con sus contrapartes que usan tenedores más pequeños y que tardan más en comer.
Otro estudio publicado en 2012 reveló que la razón por lo que la gente se sirve considerablemente menos en tazones pequeños es la ilusión Delboeuf, un truco mental que tiene que ver con círculos de diferentes tamaños.
La teoría es que con un plato grande, el anillo que rodea a la comida se ve más grande, y esto hace pensar que se come menos de lo que realmente se hace; mientras con un plato pequeño, sucede lo contrario, el anillo visible del plato parece más pequeño y esto hace pensar que se come más de lo que realmente se hace.
Asimismo, psicólogos de la Universidad del Sur de California descubrieron que comer con la mano menos dominante puede ayudar a reducir el número de calorías consumidas.
En un estudio, dieron una cubeta de palomitas a 98 personas que asistían al cine y hallaron que las personas a las que se les dijo que usaran su mano menos dominante consumieron 30 por ciento menos comida que los que no lo hicieron.
El autor del estudio, David Neal, concluyó que la inconveniencia nos hace reevaluar si ese enésimo bocado o puñado realmente vale la pena y, gran parte de las veces, decidimos que no lo es.
El quinto truco es escuchar música suave durante las comidas -no tan fuerte para que no se opaque el sonido de tu propia masticación- lo cual invita a los comensales a masticar más despacio, de acuerdo a un estudio publicado por la Universidad Comell.
Brian Wansink, profesor de Ciencias de la Nutrición dividió un restaurante en dos secciones, y puso música tipo 'comida rápida' de un lado y música más suave del otro lado.
La música suave desestresaba a los comensales y les permitía dominar la velocidad de su patrón de alimentación normal. Además, hacerlo crea un ambiente de relajación que evita que las personas se atiborren de comida al ritmo de la música, y el último consejo es tomar un vaso de agua antes de cada comida.
El año pasado especialistas de la Universidad de Birmingham descubrieron que los adultos obesos que tomaban 500 mililitros de agua simple antes de cada comida perdieron un promedio de 4.30 kilogramos en 12 semanas.
Los datos publicados en el boletín Obesity, fueron considerados como altamente benéficos, y se invitó a profesionales de salud y encargados de campañas de salud pública a promoverlos.
La conclusión es que la ciencia es sencilla: al llenar el estómago, se requerirá de menos comida para lograrlo, además, después de consumir menos calorías durante las comidas, simplemente se desecha el agua y se obtienen los beneficios de un truco muy sencillo.
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