Alwaght- Venezuela, Bolivia y Ecuador han retirado sus embajadores de Brasil y han congelado sus relaciones con este país en protesta por la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
Al emitir un comunicado, la Cancillería venezolana anunció el miércoles que el Gobierno de Caracas retira “definitivamente” a su embajador de Brasil y congela las relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno “surgido de este golpe parlamentario”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, también acusó a “las oligarquías políticas y empresariales” de realizar el golpe de Estado contra Rousseff.
Por su parte, el Gobierno de Ecuador decidió en la misma jornada del miércoles retirar a su máximo representante diplomático de Brasil después de que el Senado brasileño determinara la destitución de Rousseff de su cargo.
“Destituyeron a Dilma. Una apología al abuso y la traición. Retiraremos nuestro encargado (de negocios) de la embajada” en Brasilia, la capital, escribió el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en su cuenta en Twitter.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, también anunció en su cuenta de Twitter que su país ha tomado la misma de decisión de convocar a su embajador de Brasil para tomar “las medidas necesarias sobre este asunto”.
Entre otros países latinoamericanos, Cuba asimismo rechazó el golpe de Estado parlamentario contra Rousseff y calificó esta decisión como “acto de desacato a la voluntad soberana del pueblo del país sudamericano”.
Por su parte, la Cancillería de Brasil criticó las posiciones de Venezuela, Bolivia y Ecuador en protesta por la destitución de Rousseff y convocó, igualmente, a sus embajadores de estos tres países.
“Llamo a los jefes de Estado y de Gobierno de estos países para conectar más a la realidad, lo que de hecho está sucediendo en Brasil. Un cambio previsto en la Constitución y las leyes”, declaró el nuevo canciller de Brasil, José Serra.
Tras un proceso del juicio político (impeachment) comenzado hace más de 270 días, Rousseff fue destituida el miércoles de su cargo con 61 senadores a favor y 20 en contra en un quórum de 81 senadores en el Senado de Brasil.
Esta decisión del Senado además dejó inhabilitada a Rousseff para ejercer cualquier función pública por un período de 8 años.
Rousseff, acusada de maquillar las cuentas públicas, fue suspendida de su cargo el pasado 12 de mayo y su vicepresidente, Michel Temer, asumió el cargo de forma interina. Temer fue investido en el Senado inmediatamente después de la votación.