Alwaght- Estados Unidos y Rusia son considerados potencias mundiales cuyo desarrollo y seguridad dependen en buena medida del papel que desempeñan en Asia. Antes de 2014, los políticos rusos no daban mucha importancia a esta región en su política exterior en comparación con los estadounidenses. Pero en 2014, la crisis de Ucrania hizo cambiar mucho la naturaleza de los lazos Rusia-EEUU de tal forma que las tensiones entre los dos países aumentaron hasta el nivel de una guerra fría. Ahora son pocas las posibilidades de que Washington y Moscú mantengan amplias cooperaciones en Asia y algunos políticos tanto en EEUU como en Rusia se oponen a esas colaboraciones. En cualquier caso, los diálogos bilaterales sobre esta zona son necesarios para reducir las tensiones y la posibilidad de una guerra.
La política de EEUU en Asia
La política de EEUU ante Asia en la Administración de Obama se basa en múltiples dimensiones y se llama “política de reequilibrio hacia Asia”. Este reequilibrio que coincide con el aumento de la importancia de Asia y la reducción de la intervención de EEUU en Oriente Medio tiene varias dimensiones y no se limita a los intereses de seguridad. Las prioridades de esta política incluye el sostenimiento de vínculos con los aliados antiguos, la profundización de los lazos entre EEUU y China, el mantenimiento de interacciones con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), cambios en las prioridades de EEUU respecto al Sudeste Asiático y reformas en la política militar de EEUU en esa zona.
Sin embargo, esas prioridades de EEUU enfrentan también obstáculos, entre ellos el déficit de presupuesto, la política definitiva e irreversible de China en Asia que presiona a los países asiáticos para que produzcan equilibrio en sus relaciones con Pekín y Washington. Además, aun si la crisis ucraniana no cambia los principios de la política de EEUU en Asia, la actuación de Rusia en Crimea podría producir la impresión en las autoridades chinas de que pueden producir y llegar a sus objetivos recurriendo a la fuerza sin pagar un precio alto.
La política de Rusia en Asia
Antes del colapso de la Unión Soviética, Moscú comenzó a estrechar sus lazos políticos y económicos con sus vecinos del Este. En los últimos años de la década 80, el expresidente Mijaíl Gorbachov tomó una decisión de tres puntos, la cual construyó la base de las políticas de Rusia en Asia. Primero, acabar con el aislamiento de regiones como Vladivostok que estuvieron aisladas durante décadas por preocupaciones de seguridad. Segundo, normalizar las relaciones con China tras una visita a Pekín en 1989. Tercero, la creación de una oficina de relaciones diplomáticas entre Moscú y Seúl en septiembre de 1990 en el marco de los amplios esfuerzos para fortalecer los lazos con los países de la zona. En 1997, Rusia se unió al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), pero las cooperaciones económicas entre Rusia y Asia siguieron siendo limitadas de tal modo que hasta hace unos años, los mercados europeos eran la prioridad de las compañías rusas y la política exterior de Moscú se había centrado en las relaciones con Europa.
La crisis en los nexos ruso-occidentales en 2014 aumentó dramáticamente la importancia de Asia en la política exterior de Rusia de modo que el giro político de Moscú hacia el "Oriente" se convirtió en una necesidad para el Kremlin, así que ya no era un intento para diversificar los lazos o encontrar nuevos mercados. En 2014, Rusia se enfrentó a sanciones y presiones políticas de EEUU y Europa, por tanto, sintió un aumento de riesgos de seguridad. Sin embargo, el objetivo de "girar hacia el Este" es más que una maniobra a corto plazo para reducir el impacto de las sanciones occidentales y se considera parte de una estrategia más amplia tomada por el Kremlin, ya que Moscú ha elegido como aliados estratégicos a China, la India y el sudeste asiático con el fin de crear un "nuevo orden mundial".
El enfoque político de Rusia respecto a la seguridad de Asia se basa en que el sistema de alianza bilateral aplicado por Washington en Asia no es el apropiado para la situación económica y de seguridad del mundo actual. Los políticos rusos están buscando un sistema basado en los principios de la "igualdad" y la "seguridad integral", en el que un país no sea capaz de aumentar su seguridad a precio de la reducción de la seguridad de los demás.
La comparación entre el enfoque estadounidense y el ruso en Asia
El enfoque de Moscú y Washington en Asia disfruta de algunas similitudes: ambos países intervienen en los asuntos internos de los Estados regionales. Los dos consideran la cooperación multilateral y el ejercicio del tratado de No Proliferación Nuclear como sus prioridades. Ambos tratan de prevenir la formación de una hegemonía regional y de resolver las disputas entre los países asiáticos. Por otra parte, dichos enfoques difieren en las decisiones políticas tácticas, especialmente, en la estructura de seguridad regional. Además, se puede observar algunas distancias entre Estados Unidos y Rusia sobre cuestiones globales en Asia, incluidas las preocupaciones de Rusia sobre el escudo antimisiles de EEUU.
Es de mencionar que Washington y Moscú no han tomado estrategias similares hacia China. Las relaciones entre EEUU y China son un conjunto de cooperación y rivalidad. El país norteamericano expresa su descontento de manera clara respecto a sus diferencias políticas, económicas y de seguridad con Pekín, pero Rusia ha minimizado las divergencias y así no ha permitido que las controversias entre las empresas de ambos Estados afecten a los nexos chino-rusos.
Tal vez el sistema de alianza bilateral realizado por Washington en Asia sea la disputa más importante entre Rusia y Estados Unidos en la región. Moscú razona que este sistema ha surgido de la era de la Guerra Fría y no es capaz de hacer frente a los desafíos actuales de seguridad. Por tanto, el gobierno ruso propone que las coaliciones existentes en Asia se unan y formen un plan de seguridad regional, como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Estados Unidos ha rechazado la propuesta rusa y prefiere que las coaliciones se mantengan separadas para conservar su influencia en la región. Finalmente, teniendo en cuenta el nivel de desconfianza entre Washington y Moscú, parece poco probable que dichas potencias lleguen a un acuerdo para reconstruir la estructura de seguridad en Asia.