Alwaght-Las grandes potencias mundiales han expresado su disposición de levantar las sanciones de armas impuestas por las Naciones Unidas contra Libia para que este país luche contra el grupo takfirí Daesh.
En un comunicado, los países participantes en la reunión de Viena han declarado que brindarán apoyo a los esfuerzos del nuevo Gobierno que pidió el levantamiento de las armas con el objetivo de entrenar y equipar a la guardia presidencial y a las fuerzas autorizadas.
Un total de 25 delegaciones nacionales o de uniones regionales firmaron esta declaración, entre ellas Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudí, China, Egipto, Túnez, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.
La Organización de las Naciones Unidas impuso un embargo a la venta de armas a Libia tras la caída del ex dictador de este país, Moamar Gadafi en 2011.
El jefe del Gobierno de Libia, Fayez al-Saray, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional estuvo presente en Viena.
Pocos días después de la última reunión internacional sobre el país árabe, celebrada en diciembre pasado en Roma, representantes de los dos parlamentos rivales -el Congreso de los Diputados en Tobruk (reconocido internacionalmente) y el Congreso Nacional General (CNG), el "parlamento rebelde" de Trípoli, firmaron en Sjirat (Marruecos) un acuerdo de paz.
El pacto supuso la formación del gobierno de unidad destinado a acabar con la dualidad institucional y los conflictos armados entre diversas milicias, así como para frenar el avance de Daesh, que amplía sus influencias en la región costera de Sirte.
La expansión de estos terroristas en Libia supone una gran preocupación para Europa, dada su cercanía geográfica y la riqueza petrolera de Libia.