Alwaght- Transcurridos unos cuatro meses desde el inicio del levantamiento de los palestinos en Cisjordania y Al-Quds (Jerusalén), conocido como la “Intifada de los cuchillos”, todavía no se puede predecir el destino de esta movilización popular. Esta incertidumbre se debe a los retos que enfrenta este levantamiento, especialmente, las discrepancias internas entre las facciones palestinas.
Dada la congelación de los diálogos de paz israelí-palestinos, estos últimos tienen muchas razones para continuar su III Intifada de Al-Quds, la cual ha afectado muchos a los sionistas que están preocupados ante la posibilidad de que se les escape el control de este levantamiento de manera que incluso la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no sea capaz de gestionar y controlarla. Entre tanto, la ANP, en cooperación con los sionistas, ha intentado ampliamente aplastar la Intifada por medio de medidas de seguridad y policiales. De hecho, la postura de la ANP ha aumentado aún más las dudas y las preocupaciones sobre el futuro de esa Intifada.
Además de la ANP, el régimen de Israel ha llevado a cabo varias medidas para frenar la Intifada de Al-Quds, entre ellas, continuar las presiones y represiones contra los palestinos y buscar un camino de negociaciones con la ANP. Por supuesto, considerando el enfoque y las políticas adoptadas por el primer ministro del régimen de Israel, Benyamin Netanyahu, se puede decir que este podría estar dispuesto a dialogar con la ANP cuando se intensifique la Intifada y llegue a su apogeo y, por otra parte, se allane el terreno dentro de su entorno para tal negociación; una situación que ahora no existe y para crearla, Netanyahu está obligado a hacer algunos cambios en su coalición y reunir a algunos grupos que estén dispuestos a negociar con la ANP.
Al considerar la actual situación, es poco probable que Netanyahu abra un nuevo frente en la Franja de Gaza e inicie una campaña contra el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) bajo la excusa que ese movimiento apoya a la Intifada; a menos de que la Intifada se intensifique de una forma que le obligue a tomar esa medida o que no pueda convencer a sus aliados para negociar con la ANP.
Teniendo en cuenta todo lo mencionado, se puede suponer los siguientes escenarios para el futuro de la Intifada de los palestinos en los territorios ocupados:
Primero, que continúe la actual situación y la ANP reprima la Intifada al continuar sus amplias cooperaciones de seguridad con las fuerzas israelíes. Acto que no podrá resultar en el éxito debido a la congelación de las negociaciones.
Segundo, que se mantenga esa situación y la Intifada continúe sin el apoyo de las facciones palestinas. De hecho, este es el escenario más probable ya que no existe una estrategia definida para el levantamiento y tampoco líderes destacados que puedan reunir apoyos para ese levantamiento en los países árabes e islámicos.
Tercero, la extensión del levantamiento y la intensificación de los ataques de palestinos contra los sionistas; hecho que, de cristalizarse, podrá tener logros significativos y obligar al régimen de Israel a dar concesiones a los palestinos como lo hizo en la primera y la segunda Intifada.