Alwaght- Un análisis de la historia del Oriente Medio muestra que desde la creación del régimen israelí y la ocupación de los territorios palestinos, una de las preocupaciones de los actores regionales ha sido hacer frente a las políticas de este régimen y evitar la ocupación de más territorios árabes. Entre las medidas adoptadas para frenar las agresiones israelíes figuran librar guerras como las de 1967 y 1973, la fundación de los grupos y movimientos antisraelíes y aprovechar de las capacidades de algunos organismos internacionales. Junto a estas medidas, la Revolución iraní de 1979 impulsó la resistencia ante el régimen israelí después de que se generara una desesperación en el frente antisraelí debido a los acuerdos de paz de ciertos países árabes. La fundación de Hezbolá en El Líbano, el apoyo a los grupos antisraelíes y aprovechar las capacidades regionales reforzó el sistema de seguridad en la región. Por su parte, el régimen israelí tomó medidas hostiles contra Irán y Teherán y se convirtió en el enemigo principal de las autoridades israelíes.
Un país que quedó al margen del frente antisraelí
En la última década, muchos actores regionales que enfrentaban al régimen israelí ahora se han retirado de sus posturas o se han convertido en los amigos del régimen sionista. Egipto adoptó una postura neutral ante el régimen israelí tras Anwar Sadat y la revolución egipcia en 2012 tampoco cambió la posición del país africano. En los últimos años, Arabia Saudí ha concentrado sus esfuerzos en las propagandas contra Irán y el chiismo y ha intentado convencer a Jordania, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin que le acompañen en este juego.
Por otro lado, Irak y Siria enfrentan crisis internas y actualmente no pueden hacer frente al régimen israelí. Lo sorprendente es que la Organización de Cooperación Islámica (OCI) que está compuesta por 57 países, celebró una reunión de emergencia para condenar los ataques a la embajada saudí en Teherán aunque su misión principal es respaldar a Palestina y enfrentar a Israel. Las actividades terroristas de Daesh en Irak y Siria en los recientes años sirvieron como la mejor garantía del régimen israelí ya que los países que se enfrentaban al régimen israelí ahora deben ejercer sus esfuerzos en la lucha contra el terrorismo y su prioridad es afrontar las crisis internas. Así declara el jefe del estado mayor del régimen israelí Gadi Eizenkot, quien no pudo ocultar su alegría por la existencia de Daesh.
Al hablar de cómo enfrentar a Irán tras el acuerdo nuclear, Eizenkot dijo que el régimen israelí está gozando del nivel más alto de la seguridad gracias a las guerras y el caos que atraviesa el Oriente Medio. Señaló que Israel no necesita librar una guerra solo debe debilitar a los enemigos. Eizenkot estimó que los conflictos entre los suníes y chiíes se han extendido para luego agregar “derrotar a Daesh en Siria es muy difícil. Las zonas cercanas a las fronteras de Israel son las más seguras en la región porque aquellas fuerzas de Daesh que están desplegadas cerca de Israel son muy diferentes a las que están en el centro de los enfrentamientos en Siria”. El funcionario israelí recordó que en el pasado se creía que el ejército israelí siempre debía estar preparado para una guerra. Pero, según Eizenkot, la situación ha cambiado e Israel solo debe concentrarse en reforzarse a sí mismo y debilitar a sus enemigos para evitar una guerra más extensa.
Las palabras de este funcionario israelí, además de demostrar los argumentos citados, ponen de relieve que los actores como Daesh, Arabia Saudí y sus socios alimentan los conflictos sectarios para apoyar a Israel y garantizar indirectamente la seguridad de este régimen.