Por otra parte, la caída de Kunduz, bien conocida por sus características estratégicas, coincide con el primer aniversario del nombramiento del gobierno de unidad nacional de Ashraf Ghani, que prometió devolver la paz a Afganistán después de 30 años de conflicto. La caída de Kunduz cuestiona la eficiencia del gobierno de la unidad nacional en lo referente a sus capacidades político-militares.
En su último número publicado en Kabul (la capital afgana), el diario "Las 8 de la mañana" sostiene que la toma de Kunduz pone de manifiesto que la ineficacia sigue arraigada en las administraciones locales del país. No obstante, la ocupación de Kanduz no se circunscribe solo a la ineficacia del gobierno de unidad nacional, sino se deben tener en cuenta otros dos asuntos. Antes que todo, hay que tener en cuenta los recientes cambios introducidos dentro del grupo terrorista Talibán, en concreto, después de que la banda armada nombrara al nuevo líder de la formación en Afganistán tras la muerte de su fundador, Mulá Omar. No obstante, varios de los miembros de alto rango del grupo no reconocieron a Ajtar Mohamad Mansur, como su nuevo líder.
Al parecer, Mansur, para demostrar sus capacidades de liderazgo y ganarse la confianza de sus compañeros, lanzó el ataque contra Kunduz.
Asimismo, La presencia de Daesh en Afganistán ha convertido a este grupo terrorista en un rival serio para Talibán, especialmente, luego de que lograra atraer a varios talibanes. Ante esta situación, Talibán con el objetivo de recuperar la moral entre sus fuerzas, decidió lanzar una invasión en Kunduz.
Esta "gran victoria" ha levantado el ánimo de los talibanes. Así, uno de sus responsables instalado en Paquistán aseguró que quieren extender la guerra a otras regiones. "Si hemos conseguido tomar Kunduz, Kabul no será difícil de conquistar", aseguró.
Por otra parte, hay que relacionar esta caída con la gestión de EEUU como líder de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán.
La agencia afgana de noticias, "La voz afgana, (AVA)" publicó un artículo titulado "la caída de Kunduz y la misión de OTAN", en el que pone en tela de juicio la mala gestión de las fuerzas de la entidad internacional en la formación de una fuerza aérea capaz de facilitar armamentos pesados a las tropas afganas y en el entrenamiento de los militares del país asiático. Por su parte, los analistas van más allá de las fronteras afganas y creen que se trata de un plan externo para crear un corredor que facilite el paso de los opositores armados hacia Asia Central. Teniendo en cuenta que Kunduz se encuentra cerca de las fronteras con Tayikistán, esta crisis podría extenderse hasta países de esta región, en concreto, Rusia.
Al considerar estos tres asuntos, se entiende que la ocupación de la quinta ciudad más grande de Afganistán ha sido mucho más complicada de lo que parecía al principio.
El ministro afgano de Defensa, Masoum Stanikzai, sobre la caída de Kunduz, argumenta que un gran número de talibanes se infiltró en Kunduz durante Eid al-Adha (la gran fiesta musulmana del Sacrificio) y esto facilitó la caída de la ciudad.
Stanikzai añade que "un gran número de combatientes foráneos de Asia Central participaron en la operación" de Talibán para arrebatar el control de Kunduz.
El Ejército afgano lanzó el martes una amplia contraofensiva para recuperar Kunduz.
En 2001, Estados Unidos invadió el país asiático con el pretexto de combatir a los talibanes, pero, en la práctica, fracasó en su objetivo, pues, además del número de muertos civiles, la inseguridad va en aumento.