Alwaght- El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) adoptó cinco resoluciones contra el régimen de Israel, al mismo tiempo que exigió una prohibición internacional de la venta de armas a este régimen por sus atrocidades en los territorios ocupados palestinos.
Las resoluciones fueron adoptadas el viernes al final de la 37ª sesión del CDHNU, que duró un mes en Ginebra, criticando el maltrato del régimen israelí a los palestinos y expresando su apoyo a la causa palestina contra la ocupación de su patria por el régimen de Tel Aviv.
Entre las resoluciones aprobadas destaca una que se llama “Garantizar la rendición de cuentas y la justicia para todas las violaciones del derecho internacional en el territorio palestino ocupado, incluida Al-Quds (Jerusalén)”.
Por 27 votos a favor y 4 en contra, con 15 abstenciones, el CDHNU instó a la comunidad mundial a dejar de vender armas al régimen en Israel.
Esta resolución insta a los países que lo hagan “asegurando que sus autoridades públicas y entidades privadas no se involucren en conductas internacionalmente ilícitas, entre otras cosas, el suministro de armas a los usuarios finales que saben o pueden usar las armas la Comisión de violaciones graves del derecho internacional humanitario y/o de los derechos humanos”.
Otra de las cinco resoluciones exige al régimen de Israel que se retirara de los altos de Golán, ocupada por este régimen tras la Guerra de los Seis Días en 1967. Desde entonces, el régimen de Tel Aviv ha construido decenas de asentamientos ilegales en la zona, además de usar la región como un punto de lanzamiento de operaciones contra el Ejército y Gobierno sirios.
Otra resolución también insta al régimen de Israel a retirarse de las líneas previas a 1967, así como una que instó a este régimen a detener la actividad de asentamientos.
El quinto documento aprobado denunció al régimen de Tel Aviv por abusos contra los derechos humanos de los palestinos.
Esta medida del CDHNU provocó la ira de Estados Unidos y la embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, calificó el consejo como “tonto e indigno de su nombre”, alegando que es un prejuicio contra el régimen de Israel.