Aunque pueda parecer mentira existe numerosa literatura científica que relaciona el riesgo de quitar la nieve con el frío, y con una mayor prevalencia de ataques al corazón en hombres. Se trata de problemas a la orden del día en los países más acostumbrados al frío y a una nieve más persistente, tales como Estados Unidos o los países nórdicos, aunque en España no se nos escapa.
"Tiene su justificación lógica por dos cosas. En primer lugar, porque el clima frío está más relacionado con problemas cardiovasculares. Las arterias del corazón que llevan la sangre al músculo para alimentarlo 'son cañerías' que no son rígidas, sino que están vivas, y a veces están más dilatadas y otras más constreñidas, que es lo que hace el frío, que es vasoconstrictor", subraya en una entrevista con Infosalus el doctor Vicente Arrarte Esteban, presidente electo de la sección de riesgo vascular y rehabilitación cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) .
Asimismo, el también cardiológo del Hospital General Universitario de Alicante apunta al ejercicio isométrico, el tipo de ejercicio que se realiza al retirar la nieve con una pala. En concreto, estos no implican un movimiento del cuerpo de desplazamiento, pero sí peso, a través de las palas con la nieve. Según indica, esto conlleva subidas bruscas de tensión arterial, y demás problemas coronarios, que pueden llegar a dar un infarto o una angina de pecho en el paciente.
"En condiciones inadecuadas para la salud sí se puede justificar que estas personas tengan más riesgo de padecer eventos cardiovasculares", precisa el experto, a la vez que llama la atención sobre la precaución que deben seguir las personas con alto riesgo cardiovascular a la hora de retirar la nieve.
DISTINGUIR UNA ANGINA DE PECHO DE UN INFARTO
En este sentido, el miembro de la Sociedad Española de Cardiología distingue entre lo que representa una angina de pecho de un infarto:
- La angina se puede notar en sus actividades normales, como en sus paseos, al caminar, o al hacer un esfuerzo por ejemplo. Es un síntoma de dolor recurrente en el tórax, una presión en el pecho que hace detenerse por agobiarse. "Son los avisos del corazón al hacer esfuerzo que nos obligan a hacer un mayor esfuerzo y a un mayor consumo de oxígeno en el músculo del corazón. Como hay lesión arterial, como no se alimenta adecuadamente el corazón, éste se queja. Son avisos que hay que contárselos al médico", indica el miembro de la SEC.
La Fundación Española del Corazón señala que quienes la han sufrido la definen con términos como opresión, tirantez, quemazón o hinchazón. Se localiza en la zona del esternón, aunque puede irradiarse a la mandíbula, la garganta, el hombro, la espalda y el brazo o la muñeca izquierdos. Suele durar entre 1 y 15 minutos. El dolor de la angina se desencadena tras el ejercicio físico o las emociones y se alivia en pocos minutos con reposo o nitroglicerina sublinlingual. Suele empeorar en circunstancias como anemia, hipertensión no controlada y fiebre. Además, el tiempo frío, el tabaquismo, la humedad o una comida copiosa pueden incrementar la intensidad y la frecuencia de los episodios anginosos.
- El infarto es diferente. La persona puede encontrarse normal y de repente un día presentar dolor en el pecho, sin previas molestias. Pero se trata de un dolor que aparece de repente, que no se quita, y que obliga a ir a urgencias por el mal estado que provoca.
La Fundación Española del Corazón lo identifica con una oclusión completa de la arteria coronaria ante la formación de un trombo. Se manifiesta en reposo por un dolor u opresión que empieza en el centro del pecho y puede extenderse a brazos, cuello, mandíbula y espalda.
A juicio del doctor Arrarte, sí que se puede decir que hay situaciones en las que es más probable 'provocar' al corazón. Y aquí diferencia los esfuerzos físicos intensos isométricos, levantando mucho peso sin desplazarse, que pueden desencadenar una complicación en una de las arterias, que se rompe; de los ejercicios isotónicos, como correr o ir bici, que son saludables si se realizan de forma progresiva.
"El infarto ocurre por dentro, la arteria tiene una tela y al hacer el esfuerzo , unido a los factores de riesgo, se puede producir la ruptura de una placa de ateroma, o una obstrucción de la arteria del corazón y tener lugar el infarto", explica el cardiólogo de la SEC.
En este punto, el cardiólogo destaca que siempre se ha pensado que los infartos son más comunes en los hombres que en las mujeres, si bien resalta que, generalmente a partir de la menopausia los infartos son más frecuentes en las mujeres, donde se registra una mayor mortalidad por esta causa. Además, lamenta que los infartos tienen síntomas más larvados y más difíciles de definir que en los hombres.
Finalmente, el cardiólogo subraya que la mortalidad por un infarto al corazón se sitúa en torno al 20-30% de los casos que se inician en los domicilios, una cifra que celebra que se ha reducido mucho con la asistencia rápida al paciente. Mientras, indica que la mortalidad está por debajo del 10% en los hospitales.
Por ello, Arrarte ve recomendable llamar lo antes posible al servicio de emergencias si se presenta un dolor intenso en el pecho y si no se quita. En aquellas personas que sufren molestias al caminar insiste igualmente en que hay que comunicárselo al médico de atención primaria.
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