Alwaght- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, logró convencer a los líderes y altos representantes de los seis países miembros del Consejo de cooperación del Golfo (CCG-integrado por países árabes ribereños al Golfo Pérsico) que un posible acuerdo nuclear final con Irán no solo no amenazaría la seguridad y los intereses de esos países, sino que podría fortalecer la paz y la estabilidad regional en un momento crítico de desestabilización que vive la región de Oriente Medio.
Se puede considerar, lo mencionado anteriormente, como el resumen de los dos días de encuentros entre Obama y los líderes y representantes de los países árabes de la región en Washington y en Camp David.
Sin embargo, se trata de un resultado predecible, porque prácticamente los países árabes de la región no se encuentran en condiciones de influir de manera directa en el proceso de los diálogos nucleares, y esta Cumbre ha tenido una influencia directa mayor en las futuras relaciones árabe-estadounidenses que en los futuros diálogos Irán-Grupo 5+1. Empero, todavía puede influir indirectamente en los diálogos de la próxima semana entre Irán y el Sexteto, destinados a redactar el texto de un acuerdo nuclear final.
Por medio de la declaración final de la Cumbre de Camp David y el beneplácito de los países árabes a los resultados de un posible acuerdo nuclear con Irán, solo el régimen derechista del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, es el que se opone a un posible acuerdo nuclear con Irán. Pues, los vecinos árabes del país persa han mostrado luz verde para la firma de un posible acuerdo final a cambio de algunas garantías para la seguridad por parte de Estados Unidos. De esa manera, el régimen derechista de Israel ya se encuentra en un completo aislamiento regional, ya que en la actual circunstancia, los países árabes, Irán y Turquía tienen una visión positiva hacia el logro de un acuerdo final nuclear.
Teniendo en cuenta la actual circunstancia, esta declaración final, desde el punto de vista del Gobierno de Obama, ha sido el mejor resultado para la Cumbre de Camp David. A pesar de los márgenes de esa Cumbre y la ausencia de cuatro líderes y un total de seis países, el resultado final comunicado en el marco de la declaración conjunta EE.UU.-CCG ha tenido un tono positivo con respecto al acuerdo nuclear final, e incluso el texto de la declaración intenta evitar parcialidades en cuanto al tema y demostrar la continuación de la alianza y los apoyos de Estados Unidos a sus aliados árabes tradicionales en la región, y esto no es un tema nuevo.
Antes de la cumbre, se planteaban diferentes argumentos acerca de la ausencia de los líderes de cuatro países árabes, así como las expectativas de los Estados árabes del presidente Obama. Uno de los casos ocurridos paralelamente a la celebración de la cumbre ha sido el caso del rey de Baréin que prefirió viajar al Reino Unido y ver competencias hípicas junto a la reina británica que asistir a la cumbre, una decisión “significante” desde el punto de vista de los medios de comunicación. No obstante, el saludo oficial de los líderes y altos representantes de países árabes a un posible acuerdo nuclear con Irán, mencionado en la declaración, ha sido un punto final a todos los márgenes.
Obama buscaba ciertos resultados de la Cumbre de Camp David:
1. Registrar por escrito (la declaración final) el visto bueno de los países árabes vecinos de Irán hacia un posible acuerdo nuclear.
2. Conseguir ese visto bueno sin haber otorgado privilegios especiales a los países árabes y formado una alianza militar y de seguridad, como la OTAN.
3. No otorgar demasiados privilegios a esos países con el fin de conservar la prioridad de la capacidad militar israelí sobre los árabes.
4. Acabar con el frente conjunto de algunos países árabes y el gabinete israelí en contra de un posible acuerdo nuclear, y orientar a los países árabes hacia otra dirección.
5. Emitir este mensaje a Irán: Estados Unidos solo dialoga con Teherán sobre el caso de su programa de energía nuclear, mientras que esto puede ser la piedra fundamental para la futura recuperación de los lazos bilaterales de ambos países, y que hasta este momento, Washington prefiere conservar la forma actual del equilibrio de poder en la región de Oriente Medio.
La declaración final de la Cumbre de Camp David logró casi todos esos objetivos y el Gobierno de Estados Unidos, que se enfrenta con presiones internas y regionales ante la posible firma de un acuerdo, consiguió aliviar parte de esas presiones.
Esta declaración final también tendrá una influencia positiva en las presiones políticas internas de Estados Unidos, ya que una mayor parte de las críticas de los republicanos y los opositores políticos en ese país habían estado centrados en que un posible acuerdo final amenazaría las relaciones de Washington con sus aliados tradicionales. Así que, por mediante los resultados conseguidos a través de la Cumbre de Camp David y el visto bueno de los países árabes se neutralizan parte de esas oposiciones.