Alwaght- Después de casi un mes de los bombardeos aéreos saudíes a Yemen, fue anunciado el cese de las operaciones sin ningún resultado. Sin embargo, Arabia Saudí intentó por todo los medios demostrar al mundo que obtuvo sus metas en esta campaña militar contra su vecino sureño.
De acuerdo con el anuncio del portavoz militar saudí, Ahmad Al-Sairi, Arabia Saudí obtuvo todos sus objetivos fijados sobre el terreno y que el cese de los ataques no significaba el fin de la operación militar contra los yemeníes y añadió que continuarán los bombardeos en el marco de otra operación bautizada, “Restaurar la Esperanza”. Al-Sairi alegó que las operaciones saudíes han logrado disminuir la potencia militar del movimiento Ansarolá y del Ejército yemení y que esos dos grupos ya no son una amenaza para la seguridad de Arabia Saudí y sus países vecinos.
Ansarolá nunca ha sido una amenaza para Arabia Saudí y menos para Yemen. Siempre los verdaderos enemigos de este movimiento popular han sido grupos takfiríes y Al-Qaeda en las regiones de su país como Al-Saada. Ya se sabe que cuando Ansarolá entendió que el presidente fugitivo de Yemen, Abdu Rabu Mansur Hadi, no estaba decidido en su lucha contra los terroristas de al-Qaeda y caminaba hacia la derrota de la revolución, entró en Saná.
Por su parte, y en contra de la alegación saudí que informó de la cristalización de sus objetivos en la guerra contra Yemen, Ansarolá enfatizó en un comunicado la urgencia del cese permanente de los ataques a Yemen y del levantamiento del embargo impuesto al pueblo así como el logro de un entendimiento mutuo basado en los principales religiosos, éticos y nacionales.
Ansarolá hizo hincapié en que los diálogos pavimentarán el camino de un entendimiento ético, religioso y nacional y que este movimiento lo respetará. Asimismo declaró que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) podía jugar un papel positivo al respecto.
Este movimiento popular también exigió que se reanuden esos diálogos bajo la tutela de la ONU y que todas las decisiones que surjan de esas conversaciones sean consideradas como un acuerdo general. No cabe la menor duda que, para Ansarolá, el cese de los ataques y el levantamiento del embargo son condiciones necesarias para la reanudación de los diálogos nacionales.
En cuanto a la situación en el sur, Ansarolá enfatizó que no tiene ningún problema con las tendencias nacionales del sur, sino el problema es la presencia de Al-Qaeda.
Por ende, se puede concluir que el cese al fuego será un logro destacado para el pueblo unido y valiente de Yemen y también para Ansarolá, puesto que los enemigos a través de sus ataques no solo no obtuvieron ningún logro político y estratégico sino reforzaron el papel importante y estratégico de Ansarolá en defensa del pueblo yemení ante los ataques del enemigo. La estrategia de Ansarolá de evitar cualquier enfrentamiento terrestre con Arabia Saudí y concentrar sus combates contra Al-Qaeda y los milicianos partidarios de Mansur Hadi redundó en buenos resultados para Yemen.
Se puede decir que los logros obtenidos por Ansarolá ante la enemistad de Arabia Saudí, lo han convertido de un protagonista local a un protagonista regional y también en una parte imprescindible de las negociaciones políticas futuras en Yemen.