Alwaght- Casi una década después del desmantelamiento de la Unión Soviética, Vladímir Putin, actual presidente ruso, tomó el poder del país que no fue un buen aliado para el Occidente. Desde entonces, siempre han existido confrontaciones entre Rusia y el Occidente, y se puede decir, que la actual crisis de Ucrania es el resultado de estas confrontaciones.
Tras la intensificación de la crisis en Ucrania, las autoridades rusas llegaron a la conclusión de que sus esfuerzos para mejorar las relaciones con el Occidente no serían fructíferos y decidieron ampliar sus relaciones con el Oriente, especialmente con los países de Asia y Oceanía.
Después de la imposición de sanciones de EE.UU. y la Unión Europea (UE) contra Rusia, las autoridades de este país han decidido ahora más que antes extender sus relaciones económicas y políticas con los países asiáticos. Tras la crisis de Ucrania, Rusia decidió acercarse más a China para compensar su aislamiento hacia el Occidente. Muchos analistas occidentales consideran el desarrollo de las relaciones entre China y Rusia como el primer paso para desafiar la actual hegemonía económica y geopolítica.
En otras palabras, este giro político de Rusia hacia el Oriente se considera una opción obligatoria para Moscú. Timoféi Bordachov, director del Centro de Investigaciones Europeas e Internacionales de la Escuela Superior de Economía, ha dicho que: “el giro político de Rusia debe incluir las relaciones y procesos económicos entre los países del este, sur y sudeste de Asia para mejorar las comunicaciones de sus pueblos.” Además, indicó que el papel primordial de Rusia es lograr el desarrollo de las relaciones de los países asiáticos con los demás países del mundo.
Con base en los análisis a cerca del giro político de Rusia hacia los países orientales, en los países estratégicos de Asia y Oceanía, sobre todo en China y Malasia, la economía ha crecido rápidamente a nivel regional e internacional, así mismo, la urbanización se ha desarrollado mucho más rápido en estos países. La mayoría de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) están cambiando sus modelos económicos de la 'fábrica del mundo' al 'gigante asiático'. En este sentido, el giro político de Rusia hacia el Oriente y la profundización de sus relaciones políticas, económicas y comerciales con los países asiáticos son las nuevas estrategias nacionales de este país. Rusia requiere de este acercamiento hacia el Oriente para aumentar el nivel de su seguridad y autoconfianza.
Por otra parte, la incapacidad de China ante las estrategias estadounidenses y sus aliados y el aumento de las presiones sobre los países pequeños y medianos de Asia y Oceanía ha originado que los gobiernos elijan un aliado estratégico para hacer frente a estas presiones. Entonces, “desarrollar y profundizar” las relaciones con Rusia es la mejor opción para el gigante asiático y otros países orientales que quieren ampliar sus cooperaciones en diferentes campos y mejorar la confianza mutua. Desde este punto de vista, hace dos años, Rusia y China firmaron importantes acuerdos en los campos militar, industrial y de energía. Recientemente, Rusia y China firmaron un acuerdo de gas. Según este acuerdo, Rusia suministrará el gas a China a través de la región de Altái. En este sentido, uno de los analistas de los vínculos ruso-chinos, ha dicho que el acuerdo “Altái” será la firme respuesta de Putin a las sanciones de los Estados Unidos y la UE contra su país y China será el mayor beneficiario en este acuerdo. Según este analista, Putin trata de responder firmemente a las sanciones de Washington y Bruselas contra su país haciendo uso de sus capacidades.
Sin embargo, se puede decir que las nuevas posturas de Moscú para desarrollar sus nexos con China están en contra de las estrategias estadounidenses. Ya que el acercamiento de Rusia a China, para las potencias internacionales y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, pueden considerarlo una gran amenaza para los planes estratégicos de Washington y sus aliados occidentales para mantener su hegemonía en el mundo.