Alwaght- En medio de la agobiante situación del Oriente Medio, se ha revelado que Arabia Saudí está a la cabeza de los planes estadounidense-israelíes en la región.
Arabia Saudí siempre ha apoyado los intereses occidentales y los crímenes sionistas en Palestina, y además, ha provocado el desarrollo de las actividades de los wahabíes en la región. Después de los saqueos de EE.UU. en Afganistán e Irak, y sus fracasos ante el Frente de Resistencia, los norteamericanos salieron de estos países y es ahí donde los saudíes asumen el papel de ejecutores de los planes estadounidenses en la zona.
Si bien el régimen sionista fue el primer candidato para reemplazar a los estadounidenses en la región, fueron incapaces de desempeñar su papel, y como resultado los saudíes llevaron a cabo los planes norteamericanos. En la actualidad, Arabia Saudí es uno de los principales protectores de los terroristas. Los saudíes llevaron a cabo una intervención militar en Yemen bajo la operación denominada “Tormenta Decisiva”, sin embargo, al cabo de cuatro semanas no lograron sus objetivos y decidieron dar por terminada la operación militar.
Contra todo pronóstico, el pueblo yemení ha resistido y las fuerzas del ejército y los grupos populares no han permitido a los saudíes dominar el país árabe.
Aunque los saudíes han cometido violaciones masivas y crímenes de guerra en Yemen, incluida la masacre de civiles y la destrucción de infraestructuras, no pudo conseguir sus propósitos, como el de devolver al poder al fugitivo presidente yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, en el país árabe. Los yemeníes resistieron con mucha valentía la agresión enemiga. Algunos políticos yemeníes traicionaron al pueblo y siguiendo las políticas saudíes trataron de presentar a Irán y a Rusia como enemigos de su país, mientras Teherán y Moscú trataban de resolver la crisis en Yemen de manera pacífica por la vía diplomática.
Moscú buscaba mantener el prestigio de Arabia Saudí a nivel internacional. El presidente ruso, Vladimir Putin, invitó al rey saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud al Kremlin para llegar a un acuerdo y prometió a las autoridades saudíes garantizar la seguridad de Arabia Saudí si ellos dejaban de intervenir en Yemen, en Siria e Irak. Por su parte, Irán mediante una diplomacia activa intentó acabar con la guerra no solo en el Golfo Pérsico, sino también en todo el mundo árabe.
Los saudíes lanzaron una ofensiva militar contra Yemen con el objetivo de impedir la presencia de Irán y Rusia en su vecino sureño, no obstante, incluso los analistas occidentales aseguraron que la llamada ‘Tormenta Decisiva’ nunca podrá suponer una amenaza contra la poderosa alianza formada entre Teherán y Moscú en la región.
El régimen de Al Saud siempre ha vivido con el temor de que sucedan acontecimientos en la región y en el mundo, entre ellos por ejemplo, un acuerdo nuclear definitivo entre Irán y el Grupo 5+1 sobre el programa iraní de energía nuclear, el levantamiento de todas las sanciones antiraníes, el ingreso de Irán en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), la entrega de los sistemas antimisiles rusos S-300 a Irán y el reconocimiento de errores en las políticas regionales de Arabia Saudí por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El régimen de Al Saud pensaba que todos sus aliados regionales apoyarían su campaña de agresiones militares contra Yemen, lo que hubiera dado lugar a un gran guerra entre los países árabes contra Irán, que siempre ha defendido al pueblo indefenso yemení. Sin embargo, Teherán no intervino en esta crisis y los yemeníes optaron por defender con valentía y paciencia su patria hasta logar la victoria final contra los agresores saudíes.
De hecho, Arabia Saudí para salir del actual callejón sin salida no tiene más remedio que respetar los derechos y demandas del pueblo yemení, reconocer y aceptar que ningún país del mundo puede lograr sus metas agrediendo e interviniendo militarmente en otros Estados soberanos.
Después de esta guerra, el rey Salman buscará otro acuerdo de ‘Camp David’ con el apoyo de EE.UU. y el régimen de Israel y seguirá promoviendo las políticas norteamericanas en todos sus asuntos a nivel interno y de exteriores.
Finalmente, el mundo tiene que hacer frente a las políticas wahabitas y terroristas de Arabia Saudí que amenazan la seguridad de todo el planeta.