Alwaght- El presidente afgano, Mohamad Ashrafi Qani, viajó a Irán a la cabeza de una alta delegación integrada por comerciantes del sector privado y diplomáticos.
Se puede evaluar este viaje desde diferentes aspectos. Un punto es el itinerario de este viaje, ya que en la actualidad Afganistán se enfrenta con cuestiones importantes tanto a nivel interior, como exterior. A nivel interior, la situación del reto y agotamiento se destaca en la formación del nuevo Gabinete: El Parlamento afgano dio voto de confianza a los ministros solo un día antes de este viaje. El otro punto es el ataque terrorista en Yalal Abad. Este ataque con más de 30 muertos y 100 heridos también se produjo en la víspera del viaje presidencial a Irán. Debido a las numerosas bajas civiles en este ataque, el grupo Talibán no ha reclamado la autoría del ataque e incluso lo ha condenado. El hecho de que el grupo Daesh se haya hecho cargo del ataque indica el inicio de una nueva ola de violencia en Afganistán.
Desde el punto de vista exterior, Ashraf Qani viaja a Irán, en un momento en que la invasión saudí contra Yemen ha ocupado los primeros titulares de los medios de comunicación de todo el mundo. En este marco, el viaje significa el fortalecimiento del rol de la diplomacia de Irán en la región, concretamente en el caso de Yemen. Si bien el despacho presidencial y los medios afganos han tratado de ofrecer poca cubertura sobre este viaje para no provocar susceptibilidades, la visita del mandatario afgano a Irán en la actual situación significa claramente la atención a la línea de la diplomacia iraní.
El otro punto es que este viaje ha sido aplazado dos veces y se realiza después de los viajes de Ashraf Qani a Paquistán, Arabia Saudí, China y Emiratos Árabes Unidos (EAU). Los viajes de Ashraf Qani a Arabia Saudí y EAU responden a la concentración del Ejecutivo afgano a las negociaciones con los talibanes. El apoyo afgano a Arabia Saudí en su ataque contra Yemen, es porque Kabul espera que –como medida recíproca- la monarquía saudí negocie con el grupo Talibán. Esta estrategia regional de Ashraf Qani se enfrenta con obstáculos dentro y fuera de Afganistán, como las duras críticas del segundo vicepresidente ejecutivo, Mohamad Mohaqeq, quien rechazó el apoyo a Arabia Saudí en su asalto contra Yemen. Por lo tanto, la mediación de Arabia Saudí entre el Gobierno de Ashraf Qani y el grupo Talibán, parece ser inalcanzable por lo menos en un futuro cercano, ya que Riad se ocupa actualmente de una guerra contra Yemen.
Por otra parte, Irán -el rival de Arabia Saudí en la región- es más favorito para Afganistán. El posible acuerdo nuclear va a bajar las tensiones entre Irán y Estados Unidos por lo menos en el tema nuclear. Estados Unidos es el principal socio de Afganistán y la reducción de las tensiones estimula a Afganistán a tener mejores lazos estratégicos con Irán y a considerar un rol más fuerte para Irán en las ecuaciones regionales.
Además, este viaje cuenta con gran importancia desde el punto de vista bilateral. Hay que destacar el fenómeno de los inmigrantes ilegales afganos en Irán. Un acuerdo para la organización e inscripción de estos refugiados puede poner fin a este flagelo social. La lucha contra el extremismo, aparte de exigir una voluntad regional, ha sido una de las expectativas de Irán en su vecino oriental. A lo largo de los últimos años, Afganistán ha sido incapaz de hacer frente al cultivo de drogas. El combate contra el cultivo de drogas es una exigencia del Gobierno iraní al Señor Ashraf Qani. El combate contra las drogas y el extremismo requiere más cooperaciones en materia de seguridad e inteligencia entre los dos países. En suma, la situación especial dentro y fuera de Afganistán ha destacado este viaje en diferentes aspectos con un mensaje principal que es el aumento de la contribución de la diplomacia de Irán en las soluciones de las crisis regionales.