Al-Waght- Los comandantes militares del Gobierno del presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, están tocando los tambores de guerra contra Yemen y las fuerzas armadas de Egipto están tratando de entrar en los ataques terrestres en Egipto en el marco de las agresiones militares saudí-estadounidenses que hasta el momento se han cobrado la vida de miles de civiles, entre ellos mujeres y niños. Al mismo tiempo, se ha desatado una ola de protestas contra esta invasión tanto en Egipto como en otros países del mundo. Por otra parte los expertos y analistas políticos han advertido de las consecuencias peligrosas de este aventurismo de El Cairo en el futuro militar, político, cultural, social y turístico de Egipto.
Las más importantes secuelas de la involucración de Egipto en las agresiones a Yemen son:
1. Podría repetirse la historia de la intervención militar del Ejército de Egipto en Yemen durante el mandato del exmandatario egipcio Gamal Abdel Naser en la década de los 60, cuando miles de soldados del país norteafricano perdieron la vida o resultaron heridos. Al-Sisi está consciente de que al igual que Naser, la participación en las ofensivas a Yemen no aumentará su popularidad en su país.
2. La participación de Egipto en la incursión a Yemen debilitará las fuerzas armadas egipcias que son de una importancia vital para la seguridad del país, sobre todo en un momento que Egipto enfrenta una grave crisis de seguridad dentro de sus fronteras.
3. Los analistas políticos coinciden en que las operaciones militares en Yemen forman parte de un plan israelí-occidental que tiene como objetivo debilitar los ejércitos de los países árabes que se consideran la mayor amenaza para la ocupación israelí. Esta conspiración tuvo como sus primeras víctimas a las fuerzas armadas de Irak y Siria y ahora busca disminuir el poderío del Ejército egipcio.
4. La participación del Ejército egipcio en los ataques a Yemen so pretexto de garantizar la seguridad de la navegación marítima en el mar Rojo y el estrecho Bab el-Mandeb allanará el terreno para la infiltración de los grupos terroristas en Egipto, en particular en la península del Sinaí (noroeste de Egipto) y el aumento de los atentados terroristas, generando una crisis igual que en Siria e Irak.
5. Mientras debido a la frágil situación económica en Egipto las tensiones van en aumento entre el pueblo y el Gobierno egipcios, es obvio que el apoyo del Ejército egipcio a las agresiones saudíes a Yemen puede crear un vacío de seguridad en el país, lo que podría dar lugar al aumento del poder de los movimientos revolucionarios que serán capaces de traer al Gobierno de Al-Sisi un destino igual que tuvo el mandatario depuesto, Mohamad Mursi. En este contexto, un gran número de los ciudadanos egipcios protagonizaron hace unos días una masiva manifestación frente a la embajada de Arabia Saudí en El Cairo para condenar la agresión saudí a Yemen y exigir el fin del apoyo de su país al régimen de Al Saud en estas operaciones.
6. Los expertos creen que la participación del Ejército egipcio en una guerra en el extranjero allanará el camino para el aumento de las operaciones de las bandas terroristas dentro del país, lo que supondrá una gran amenaza a los sectores importantes del país como el turismo, que desempeñará un papel decisivo en la economía egipcia. Las autoridades egipcias deben saber que una crisis en el sector turístico puede poner en peligro la estabilidad de Egipto.
7. Después de la oposición por parte de muchos países, como Paquistán, sobre el enviado de las fuerzas de tierra para empezar un ataque de tierra contra Yemen, ahora el Ejército egipcio está en una situación difícil ya que la participación en dicho ataque, involucra a Egipto en una guerra de desgaste mientras que la situación actual de este país no lo permite. Actualmente Egipto se está enfrentando a las amenazas exteriores y también está luchando contra el terrorismo, especialmente en la zona de Sinaí y en las fronteras occidentales del país con Libia donde los terroristas están muy activos.
Los comandantes egipcios deben evitar el pantano de la guerra árabe contra Yemen considerando sus experiencias pasadas y los aspectos políticos y de seguridad de tal acción. También deben mejorar el bienestar en su país y satisfacer las necesidades económicas del pueblo en lugar de poner a los jóvenes egipcios en peligro de una guerra que solo sirve para el interés de enemigos del Islam. También no se debe olvidar que dicha guerra causa el derrame de sangre de musulmanes y árabes que pueden ser yemeníes o egipcios. El poder de las naciones islámicas debe ser utilizado en contra de los enemigos del Islam especialmente el régimen usurpador de Israel y no a favor del régimen saudí que ha empezado la guerra contra Yemen cuando las naciones islámicas necesitan una unidad libre de intervenciones occidentales para resolver los problemas de la región.