Alwaght- La visita de Nuri al-Maliki, el exprimer ministro de Irak, a Irán que se realizó el martes fue significativa ya que el viaje coincidía con los acontecimientos muy importantes en la región, como la liberación de Alepo. Esos acontecimientos cambiaron el balance sobre el terreno a favor del Eje de Resistencia, de la que forma parte la República Islámica de Irán.
La visita de Al-Maliki estaba programada y se llevó a cabo en condiciones prometedoras que reinan en toda la región tras la liberación de la ciudad estratégica de Alepo, lo cual afectó positivamente las operaciones en la ciudad iraquí de Mosul. La segunda fase de las operaciones en Mosul comenzó justo tras la liberación de Alepo. La medida se adoptó por un lado debido a la atmósfera positiva creada tras la liberación de Alepo y por otro debido al aumento de coordinaciones entre los combatientes de la Resistencia en Siria e Irak, especialmente teniendo en cuenta que Irak tiene una gran tendencia para cooperar con el Eje de Resistencia y los países como Irán, Siria y El Líbano.
Amén del inicio de la segunda fase de las operaciones en Mosul, hay que tener en cuenta las elecciones parlamentarias en Irak. Nuri al-Maliki es el líder de uno de los partidos con mayor peso político en el Parlamento y busca mantener su posición, aunque Al-Maliki ha descartado presentarse para ocupar el cargo del primer ministro por tercera vez. De hecho, el partido de Al-Maliki busca mantener su dominio en el Parlamento para neutralizar aquellos planes presentados en el Parlamento que contradicen los intereses del Eje de Resistencia y que buscan obstaculizar el acercamiento Teherán-Bagdad. Por otro lado, la abstención de Al-Maliki a convertirse en el primer ministro -pese a que su facción política domina el Parlamento- es una decisión destinada a mantener la unidad entre los chiíes ya que algunas figuras cercanas al corriente Sadr se oponen a que Al-Maliki ocupe el cargo por la tercera vez. Así que Al-Maliki pretende mantener la unidad y evitar las divisiones. Incluso, Muqtada al-Sadr ha amenazado con iniciar protestas en Bagdad en caso de que Al-Maliki asuma el poder.
Por eso, la renuncia de Al-Maliki a postularse para ocupar el cargo del primer ministro es una decisión lógica, tal y como confirmó el propio Al-Maliki en la ruda de prensa celebrada en Teherán. La medida se produce en el marco de una serie de las decisiones de Irán para acercar el corriente de Sadr y las facciones lideradas por Al-Maliki y así reforzar la unidad entre los chiíes en Irak. Por lo tanto, esta visita de Al-Maliki podría influir positivamente las próximas elecciones parlamentarias en Irak.
Al-Maliki, que siempre ha apoyado con firmeza las posturas de la República Islámica de Irán, sigue recibiendo el respaldo de Teherán por su desempeño excelente respecto a varias cuestiones como la ejecución del exdictador Sadam Husein. Tras la detención de Sadam, Al-Maliki insistió en la ejecución inmediata del exdictador y argumentó que Catar estaba presionando para ayudar a Sadam a huirse de Irak. Incluso, Al-Maliki amenazó que la Guardia Nacional intervenía si Estados Unidos iba a negarse a entregar a Sadam. La resistencia del expremier ante la aprobación de una ley que buscaba otorgar la inmunidad a los militares estadounidenses fue otra medida elogiable de Al-Maliki que recibió la alabanza de Teherán. Entonces, Al-Maliki, como un líder cercano a Irán, sigue manteniendo buenas relaciones con Teherán y su visita al país persa se realizó debido a la liberación de Alepo y las operaciones en Mosul, así como las próximas elecciones parlamentarias en Irak.