Al-Waght- Durante el mes pasado, un grupo de líderes del
partido La Congregación Yemení por la Reforma, conocida también
como Al-Islah y dirigida por los hermanos musulmanes de Yemen, visitaron
Arabia Saudí de manera improvisada. Dicha visita fue una indicación clara del
cambio de estrategia de Riad hacia la Hermandad Musulmana en Yemen.
Puede decirse que el grupo yemení Hermandad musulmana que
Arabia Saudí lo introdujo el pasado marzo como ¨un grupo terrorista¨, está
mejorando su relación con el país árabe. Muchos elementos internos, regionales
e internacionales, especialmente en Irak, Siria y Yemen, han tenido algo que
ver con esta decisión y muestran el comienzo de cambios de estrategia tomados
por Riad.
Los motivos de preocupación de Arabia Saudí por Yemen
Durante las evoluciones regionales, Yemen siempre ha
preocupado a Arabia Saudí mientras que ha interactuado con Riad durante muchos
años. Según el testamento del Rey Abdul Aziz, el fundador de Al-Saud: ¨La
superioridad árabe resultaría en la debilidad de Yemen y la superioridad yemení
resultaría en la debilidad de Arabia Saudí¨. Entonces las autoridades del
Gobierno árabe siempre han tratado de mantener a Yemen débil y vulnerable.
Es posible que la formación de un Yemen poderoso y unido
sea uno de los problemas fundamentales de la familia Al-Saud puesto que Yemen
es un país poblado en la península y 24 millones de personas viven en este
territorio. También la mayoría de la población yemení es armada y sufre de la
pobreza, mientras que Riad se ha desarrollado a lo largo del tiempo y ha
aumentado su influencia en algunas de las tribus yemeníes que juegan un papel
importante en el gobierno central.
Durante los últimos años, todas las veces que Yemen tenía
la intención de dar un paso hacia la independencia, Arabia Saudí ha puesto fin
al proceso presionando a los países de golfo pérsico para que dejen de ayudar a
Yemen. También ha deportado más de un millón de ciudadanos yemeníes, que
vivieron en Arabia Saudí.
En el nuevo orden regional, el país árabe ha perdido su
dominio sobre el futuro de Yemen de modo que no tiene un aliado poderoso en el
Gobierno yemení después de la coalición de Ali Abdalá Saleh con Ansarolá y el
escape del General Ali Mohsen Al-Ahmar a Arabia Saudí. También las autoridades
árabes se refieren a los desarrollos de Ansarolá como un signo de la extensión
de influencia iraní en la zona del Mar Rojo y el estrecho de Bab
el-Mandeb.
Arabia está preocupada y estresante sobre Ansarolá ya que
es consciente de que el grupo puede jugar el papel de una fuerza de equilibrio
en Yemen y en la región. Ansarolá es muy capaz de celebrar maniobras políticas,
perseguir la política de independencia y reducir las intervenciones extranjeras
en Yemen. Entonces proclama consignas en contra de Estados Unidos
como el aliado de Arabia Saudí y está bajo la influencia de la República
islámica de Irán, que es considerado como el enemigo antiguo del país árabe.
Cabe añadir que Arabia Saudí ya no tiene la oportunidad de utilizar a los grupos terroristas, que los apoyaba durante muchos años, para presionar a sus vecinos. Hoy en día, dichos grupos están fuera del control de Riad e incluso pueden ser considerarlos como los enemigos de Arabia Saudí. Estos días, El Estado de Irak y Levante (el EIIL, Daesh en árabe) claramente amenaza a Arabia Saudí, a veces opera en las fronteras de este país e Irak y ha matado a algunos árabes saudíes. También recientemente ha determinado gobernadores para La Meca y Medina. Entonces puede verse que Al-Qaeda y el EIIL se han jurado lealtad entre sí y ahora la Hermandad Musulmana yemení es como el refugio de Arabia Saudí.
Las consecuencias de formar nexos entre Arabia Saudí y la Hermandad Musulmana de Yemen
Arabia Saudí y la Hermandad Musulmana son enemigos antiguos, especialmente después de que este partido asumiera el cargo en Egipto, Arabia Saudí no ha tenido ganas para formar relaciones con el partido Al-Islah de Yemen dirigido por Al-Ahmar. A pesar de su renuencia, actualmente los saudíes tienen que cooperar con el partido yemení con el fin de derrocar a Ansarolá, su enemigo en común. En el caso de que el país árabe no logre lo que quiere utilizando Al-Islah, definitivamente intentará hacerlo con la ayuda del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG), Estados Unidos y otros países occidentales.
Saud al-Faisal, el ministro de asuntos exteriores saudí, ha hablado de la Hermandad musulmana para hacer los preparativos de la nueva política de su país y dijo: ¨Nosotros no tenemos problemas con los Hermanos musulmanes, solo con algunos de ellos que han jurado lealtad a su Mentor y su líder.¨
Por supuesto, la formación de nexos entre Riad y La Hermandad yemení puede tener muchos peligros ya que no disfrutan de una historia y un pensamiento común.
Por un lado, Al-Islah no debe olvidar la historia de relaciones entre Arabia Saudí y Yemen y la opinión de autoridades árabes sobre su país. El partido yemení debe entender que la dificultad de conversar con las partes yemeníes es mucho menos que las consecuencias de negociar con los saudíes. Ansarolá ha invitado a todos los grupos yemeníes para dialogar, sin excepciones. Entonces Al-Islah debe empezar a hablar con Ansarolá y otros partidos de su país y evitar cooperar con cualquier plan saudí que resulte en dependencia del país a los extranjeros, en secesión de Yemen o en la repetición de lo que pasó en Siria. De lo contrario, el destino de Yemen será sangriento y doloroso.
Por otro lado, Arabia Saudí está cometiendo un error por pensar que hacer presión a Ansarolá beneficiará a Riad ya que Ansarolá disfruta de una base popular en el pueblo yemení y en el futuro evitará la entrada del EIIL y Al-Qaeda en los países del Golfo Pérsico. También la difusión de la violencia y el caos en Yemen afectarán directamente al sur de Arabia Saudí y finalmente pondrá al país árabe en peligro inminente.