Alwaght- El embajador sirio ante las Naciones Unidas, Bashar Al-Yafari, al acusar a los canadienses de atacar la soberanía de Siria, ha subrayado que su país rechaza el proyecto de resolución canadiense presentado ante la Asamblea General sobre un alto el fuego en Siria.
Al-Yafari, ha asegurado que la delegación de Canadá y sus apoyadores han violado el artículo 12 de la Carta, que establece la inadmisibilidad de discutir cualquier caso sin una petición del Consejo de Seguridad.
La Asamblea General de las Naciones Unidos (AGNU) ha aprobado por 122 votos a favor, 13 en contra y 36 abstenciones una iniciativa que reclama una tregua en Siria y la entrega urgente de ayuda humanitaria.
Al-Yafari durante la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la situación en Alepo ha calificado la resolución impulsada por Canadá como una amenaza real a la credibilidad de las Naciones Unidas y su eficacia en el tratamiento de las crisis internacionales.
Asimismo ha declarado que la votación del proyecto “significa seguir manipulando el sufrimiento del pueblo sirio y prestar apoyo a los terroristas”
En esta línea ha añadido que esta misma delegación canadiense que ahora muestra su preocupación por el pueblo sirio, forma parte de la llamada coalición internacional anti-Daesh, la que es una alianza en contra del pueblo sirio y no en contra de la organización terrorista de Daesh.
Según el funcionario, la coalición liderada por Estados Unidos ha destruido más la infraestructura del país árabe y tiene como objetivo impedir que el Ejército Sirio estreche el cerco contra los terroristas.
“Habría sido más conveniente que la delegación de Canadá y la de sus socios reconocieran la victoria lograda por el Ejército sirio y sus aliados, en liberar a más de cien mil civiles sirios en la ciudad de Alepo de manos de los terroristas del Frente de al Nusra, y garantizarles alimento, alojamiento, medicamento, y seguridad y estabilidad tras cuatro años de sufrimiento” ha adelantado.
Por fin, el diplomático ha hecho hincapié que Siria está dispuesta a retomar el diálogo intersirio sin intervención extranjera, sin condiciones previas, y sin la participación de ningún terrorista.
La crisis en Siria, desde su inicio en 2011, ha dejado 280.000 personas muertas y ha obligado a la mitad de la población a huir de sus hogares. Por el momento, han fracasado los múltiples intentos de poner fin al conflicto.