Alwaght- En el año 2014, comenzó una nueva etapa de rivalidad entre el Gobierno de Turquía y los kurdos, precisamente cuando el presidente Recep Tayyip Erdogan anunció el fin de la tregua con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, en kurdo).
La principal característica de esta época fue la ampliación de zona de actividades del PKK hasta el norte de Siria, así que los actos del PKK ya no se limitaban a los Montes Qandil, sino también el grupo logró instalar un sistema federal en las regiones kurdas del norte sirio con el apoyo de su rama siria, es decir el Partido de la Unión Democrática (PYD). Además, dentro de las fronteras de Turquía dio inicio a los conflictos armados con el Ejército turco, hecho que se considera el preludio de la guerra entre los kurdos con el Gobierno de Ankara.
En la actual situación, las políticas adoptadas por Erdogan ponen a los kurdos de Turquía frente a grandes dilemas. El arresto de los líderes políticos kurdos, la adopción de severas medidas de observación y de seguridad en las regiones kurdas y finalmente el acto de publicar una lista compuesta por los 40 elementos vinculados al PKK son ejemplos de las nuevas políticas antikurdas de Erdogan. Teniendo en cuenta estas realidades, se plantea esta pregunta: ¿quién ganaría el duelo entre Erdogan y los kurdos?
Para responder la cuestión se tiene que concentrar en los siguientes puntos:
1. El apoyo popular a Erdogan frente a la incapacidad de la oposición turca para ofrecer una alternativa
La falta del apoyo popular se considera como una de las reclamaciones formuladas por los kurdos y otros miembros de la oposición turca contra Erdogan y el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco). No obstante, si comparamos el nivel del respaldo popular al partido gobernante y a la oposición turca, debemos aceptar la verdad que la mitad de los ciudadanos turcos patrocina a su presidente y el mandatario turco disfruta de más apoyo por parte del pueblo que sus rivales políticos.
Lo mismo se aplica al equilibrio del poder social y política del AKP. Sin alguna duda, el poder del Gobierno de Erdogan excede el de sus opositores ya que no todos los partidos de la oposición están totalmente en contra del AKP. Además durante la última década no han sido capaces de ofrecer una opción alternativa en lugar de las medidas tomadas por el Partido de la Justicia y el Desarrollo. Se puede predecir que la tendencia de Erdogan hacia el totalitarismo finalmente reducirá su poder e influencia, pero actualmente, debido a los errores estratégicos cometidos por los líderes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, en kurdo), el ámbito político está bien preparada para que Erdogan aumente su influencia entre los ciudadanos kurdos.
2. Los errores estratégicos del Partido Democrático de los Pueblos (HDP)
Tras analizar las posturas y las medidas tomadas por los líderes de HDP después de 2014, se puede detectar algunos errores estratégicos en sus políticas. El mencionado partido adoptó un enfoque idealista luego del inicio de la nueva ronda de enfrentamientos entre el PKK y el Gobierno turco, debido a las evoluciones de Kobani y las políticas de Erdogan al respecto. El enfoque idealista de HDP perjudicó sus relaciones con el partido gobernante ya que era fuertemente influenciado por el brazo belicoso del PKK, dirigido por Cemil Bayik. Como un ejemplo del mencionado idealismo, se puede referirse a los apoyos de Figen Yüksekdağ y Selahattin Demirtaş, los líderes del HDP, a la guerra urbana y la postura belicosa de PKK o los cometarios de Demirtaş, en Moscú, para condenar el ataque de las tropas turcas al caza ruso.
Además, se puede considerar como otro signo del idealismo la medida de HDP para suspender las actividades parlamentarias después de la detención de doce de sus diputados, incluidos sus copresidentes. De hecho, la decisión de dimitir tomada por los políticos kurdos durante los últimos años también muestra la continuación de sus posturas idealistas. La verdad es que Erdogan tiene la intención de aislarse a los partidos pro-kurdos así que el acto de detener el trabajo legislativo no sólo no resolverá ningún problema, sino es exactamente lo que busca el mandatario truco. Actualmente, los kurdos de Turquía están insatisfechos con el HDP ya que claramente Erdogan ha beneficiado de las políticas aplicadas por los líderes de este partido.
3. La posible disolución del HDP
Durante el último año, aún antes de recientes detenciones de los dirigentes del HDP, existía casi siempre la posibilidad de disolución de este partido por los tribunales turcos. Esta posibilidad aumentó drásticamente después del levantamiento de la inmunidad legal a una gran parte de los diputados de HDP. De acuerdo con la historia contemporánea de Turquía, la ruptura de una fracción política es un evento simbólico así que los directrices intelectuales y políticos del partido abolido nunca se eliminen y dentro de poco tiempo, se establece un nuevo partido con los mismos principios pero titulado diferentemente.
Por ejemplo, en 1970, el partido político islámico siguió organizando sus actividades bajo el nombre del "Partido del Sistema Nacional", en 1973 en forma del "Partido de Salvación Nacional", en 1987 "el Partido del Bienestar" y en 1996 en forma del "Partido de la Felicidad". Durante esos años, Necmettin Erbakan, el ex primer ministro de Turquía, siempre ha asumido el puesto del líder de mencionadas fracciones, que poco después de la disolución fue revitalizado con un nuevo nombre.
Lo mismo ha sucedido para los partidos kurdos desde 1991 hasta ahora, así que es muy probable que se disuelva el HDP, pero lo importante es que en el ámbito político del país turco todavía existe la libertad de expresión así que a pesar de los intentos de Erdogan para debilitar dichas fracciones, los políticos pro kurdos pueden formar nuevos partidos.
La perspectiva futura
Es muy difícil predecir el proceso del desarrollo de las evoluciones en Oriente Medio ya que lo que ocurre en esta región no es el resultado de variables racionales y los que forman su futuro, son los acontecimientos inesperados. Por ejemplo, en 2013, Nadie podía prever el comportamiento y las acciones actuales de Erdogan así que no se puede ignorar la posibilidad de que el presidente turco reinicie el proceso de paz con los kurdos (incluso el PKK) y llegue a un acuerdo con ellos. Por fin, se puede decir que es casi imposible la predicción de la victoria de Erdogan o su fracaso puesto que depende fuertemente a los futuros acontecimientos del Oriente Medio.