Alwaght- Desde el inicio de las protestas en Bahréin en febrero de 2011, el régimen de Al Jalifa, apoyado por Estados Unidos y Arabia Saudí, ha recurrido a diferentes medidas para hacer frente a las demandas legítimas de los revolucionarios, entre ellas hacer reformas en la Constitución. Esto con el fin de alegar que lo que pasa en el país es un problema de seguridad y que es necesario reprimir a los opositores.
Algunas de esas medidas son hacer esfuerzos para mostrar que en Bahréin existe una crisis sectaria, reprimir los medios, responsabilizar a Irán y El Líbano por organizar las protestas en Bahréin y lo más importante enjuiciar a los opositores en tribunales militares. Hasta ahora, un gran número de los exdiputados, los clérigos de alto rango, los activistas de derechos humanos, los médicos e incluso mujeres han sido encarcelados.
Pero, después de que ninguna de estas medidas conllevara los resultados satisfactorios y teniendo en cuenta la continuidad de las protestas, el régimen bahreiní decidió revocar la ciudadanía del sheij Isa Qasem, líder espiritual de la Revolución en este país. Con esta decisión, el régimen de Manama pretendía destruir el eje de la Revolución. Esta medida imprudente podría tener muchas consecuencias. El régimen monárquico no sabía que la revocación de la ciudadanía del Sheij Isa Qasem podría dar lugar a que se tornen violentas las manifestaciones antigubernamentales.
Sin embargo, parece que poco a poco el régimen bahreiní se da cuenta de que el arresto del Sheij Isa Qasem podría provocar secuelas teniendo en cuentas las reacciones a nivel nacional e internacional que ha tenido la revocación de la ciudadanía al clérigo. Por eso, aunque transcurren 4 meses de la medida contra Isa Qasem, Al Jalifa todavía no se ha atrevido a emitir la sentencia contra el clérigo y en varias ocasiones (el último caso ha sido este miércoles) ha pospuesto el juicio en contra de Isa Qasem bajo diversas excusas.
En otras palabras, Manama es totalmente consciente de la popularidad de sheij Isa Qasem así que retrasa la sentencia para evitar las consecuencias de su juicio, como la ampliación de las protestas populares. Lo cierto es que Al Jalifa no beneficia de más violencia y la prolongación del proceso revolucionario, entonces la sentencia del líder de los chiíes solo añadirá leñas al fuego. Al parecer, el régimen bahreiní no quiere cometer otro error como el acto de detener el clérigo chií o amenazar de quitar su ciudadanía, medidas que intensificaron la tensión entre el régimen de Al Jalifa y los grupos opositores, entre ellos "Al-Wefaq" y la "Coalición de Jóvenes de la Revolución".
Además, otros frentes de resistencia en la región, incluidos Hezbolá de El Líbano, el Sadr de Irak, Ansarolá de Yemen y la República Islámica de Irán advirtieron a Al Jalifa sobre las consecuencias incontrolables de cualquier acto hostil contra el líder de la Revolución de Bahréin. En este mismo marco, podría considerarse el enérgico comunicado del general Qasem Soleimani, el comandante de la Fuerza de Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI), como la más severa advertencia contra Al Jalifa formulada después de la decisión del régimen bahreiní para retirar la ciudadanía a sheij Isa Qasem. El militar de alto rango iraní calificó una posible actuación ofensiva contra el líder religioso del preludio de un conflicto armado en Bahréin.
En conclusión, la monarquía bareiní a pesar de recurrir a cualquier tipo de violencia, incluso pedir asistencia a los militares saudíes, no había logrado poner fin a las protestas populares pacíficas, pretendió encarcelar al clérigo chií para así privar a la revolución de un líder y desviar el levantamiento de su camino. No obstante, tras la extensión de las manifestaciones contra la medida, se arrepintió y ahora se niega de cumplir la sentencia.
Al parecer el caso, debido a las duras presiones a las autoridades bahreiníes, terminará en nulo y el régimen bareiní por fin se verá obligado a liberar al dirigente chií. En este campo lo que hay que hay que tener en cuenta es que Al Jalifa perderá el duelo por sus actos imprudentes, puesto que el cumplimiento de la sentencia contra el destacado líder musulmán hace entrar la revolución en una fase violenta, por otro lado su liberación significaría la derrota de Al Jalifa, hecho que será el inicio de una oleada más extendida de la revolución popular.