Alwaght- Recientemente, el portavoz del movimiento popular yemení Ansarolá, Mohamad Abdulsalam, reveló un plan de la coalición de Arabia Saudí y sus aliados, sobre todo, de Emiratos Árabes Unidos (EAU), para la desintegración de Yemen. Abdulsalam, a través de su cuenta de Twitter, advirtió de que EAU, además de participar activamente en la agresión militar contra Yemen, impulsa un plan oculto para dividir el territorio yemení.
“El plan sucio de EAU, además de la destrucción de Yemen, pretende desintegrar Yemen y ocupar las islas del país”, denunció el dirigente de Ansarolá.
Por otra parte, el sitio Web Globalist, en referencia al fracaso de las negociaciones de paz para Yemen que se realizan en Kuwait, informó que Arabia Saudí, tras 13 meses de fallidos intentos para dominar Yemen, ha dado inicio a un “plan B” que busca la desintegración del país árabe. El portal estadounidense advirtió de que después de la guerra apoyada por EEUU contra Yemen, llegaría al poder un gobierno terrorista liderado por Al-Qaeda, grupo extremista que últimamente han aumentado sus actividades en Yemen.
En este contexto, surgen estas preguntas: ¿Es posible la implementación del plan de desintegración de Yemen? ¿Arabia Saudí y sus aliados buscan la división de Yemen? ¿El régimen saudí conseguirá sus objetivos con la desintegración de Yemen?
El plan de Arabia Saudí y sus aliados busca dividir Yemen en dos regiones, una sureña y otra norteña. Si tiene éxito este proyecto, el norte de Yemen será controlado por Ansarolá y el partido Congreso General del Pueblo, lo cual, de hecho, no agradará a Arabia Saudí.
En el sur de Yemen, están presentes varios actores políticos y militares, incluidos los Hermanos Musulmanes (HM), el movimiento separatista Al-Hirak, las fuerzas leales al presidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, y el grupo terrorista Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA). Sin embargo, los partidarios de Hadi, que cuentan con el apoyo de la coalición saudí, no tienen importante peso para poder controlar esta región.
Mediante el plan de la desintegración de Yemen, Arabia Saudí pretende impulsar un proyecto similar al implementado en Siria, es decir, crear un ambiente seguro para los grupos terroristas, con el objetivo de abrir un frente contra las zonas norteñas controladas por Ansarolá.
Arabia Saudí busca mantener la guerra de desgaste y los conflictos internos en Yemen a fin de debilitar a las fuerzas de Ansarolá y los movimientos políticos del país. Por otra parte, las autoridades saudíes buscan debilitar a otros grupos terroristas opositores que siguen las órdenes de Riad. Por ejemplo, Daesh puede considerarse una amenaza potencial para Arabia Saudí. Thomas Friedman, columnista del diario estadounidense The New York Times, que recientemente realizó un viaje a Arabia Saudí y se reunió con el príncipe heredero, Mohamad bin Nayef, y el ministro de Defensa, Mohamad bin Salma, escribió en un artículo que “las autoridades saudíes temen un ataque de Daesh contra Israel, lo que podría acabar con su estrategia y la coalición suní que buscan crear en la región”. Arabia Saudí busca conseguir varios objetivos con la misma estrategia. Por un lado quiere debilitar a sus adversarios y por otro impedir que uno de sus rivales logre superar a otros actores regionales.
Aunque la desintegración de Yemen es un guión deseado por Arabia Saudí y sus aliados para incrementar su influencia en su vecino sureño, parece casi imposible la implementación de dicho plan en las circunstancias actuales, ya que las fuerzas aliadas con Arabia Saudí no son capaces de formar un gobierno fuerte.