Un ingeniero canadiense rompe la marca de vehículos a tracción humana a bordo de una 'speedbike'.
La expresión ir a pedales, para Todd Reichert, significa violar el límite legal de velocidad en carretera montado sobre una bicicleta. Ahora que los motores eléctricos han conquistado bicis y patinetas, un concurso internacional apuesta por batir récords en vehículos que están propulsados solo con fuerza humana. Es también el empeño de Reichert, un ingeniero aeroespacial de 33 años metido a diseñador de bicicletas, y lo ha puesto en escena como si protagonizase una road movie: rodando a velocidades impensables sobre la carretera 305 del desierto de Nevada. "Una de las más rectas, llanas y lisas del mundo" según se afirma en la web de la competición.
Reichert y su equipo de AeroVelo, la empresa canadiense que fabrica los prototipos, ha logrado romper el récord mundial de vehículos a tracción humana alcanzando las 88,26 millas por hora (142,04 kilómetros por hora). De estar conduciendo un coche o una moto, el ingeniero habría cometido una infracción de tráfico: el límite de velocidad en carretera en Nevada es de 129 kilómetros por hora. El récord se batió el miércoles a las siete de la tarde (hora local), las cuatro de la madrugada de este jueves (hora de Madrid), pero la organización no lo confirmó hasta última hora del día.
El equipo, vinculado a la Universidad de Toronto, supera así los tres récords anteriores, que también alcanzó Reichert en la última edición. El 19 de septiembre de 2015, el listón mundial quedó fijado en 138,45 kilómetros por hora.
El World Human Powered Speed Challenge (Reto Mundial de Velocidad por Tracción Humana) es un encuentro anual de una semana celebrado desde hace 17 años. Sobre ocho kilómetros del asfalto polvoriento de la ruta 305 pululan ingenieros e inventores y unas mutaciones aerodinámicas de la bicicleta clásica, que algunos llaman speedbikes (bicicletas veloces) por motivos obvios y otrosrecumbents (reclinadas) por la posición que adoptan sus conductores para sortear al viento y las turbulencias, adversarios de la velocidad. A pesar del empleo de alta tecnología en los diseños, la apariencia de los aparatos, envueltos en carenados, debe mucho a los antiguos bólidos.
El concurso de este año arrancó el pasado día 12 su decimoséptima edición y cumple 10 años como competición abierta a participantes de todo el mundo. Los muslos del ingeniero canadiense, uno de los pocos participantes que es a la vez diseñador y conductor de prototipos, se enfrentan a los de 23 competidores de diez países a bordo de 18 bicicletas. Disponen de ocho kilómetros de carretera expedita para alcanzar la velocidad máxima.
Antes de iniciar la carrera, el otro ingeniero detrás de AeroVelo, Cameron Robertson, reconoció algunos retoques sobre el diseño del año pasado para arañarle millas al reloj en esta edición. "Hemos mejorado el número de marchas y cambiado el ratio de cada una de ellas para mejorar el pedaleo". También se han concentrado en las ruedas, que necesitaban ajustes de aerodinámica. Para reducir la resistencia de rodada, se han concentrado en la presión de los neumáticos, pero además han cambiado la ventilación pensando en el bienestar de Reichert dentro del vehículo.
La tendencia creciente en la mayoría de competidores este año, según el organizador del encuentro, Allan Krause, es eliminar los parabrisas para reducir la resistencia al aire de los carenados. Los conductores ven la carretera a través de unas gafas conectadas a cámaras ubicadas en la parte delantera del vehículo.
Sin uso comercial
Ahora mismo no piensan en una salida comercial directa. "Esperamos que los diseñadores del transporte empiecen a darse cuenta de nuestras ideas para reducir el consumo de energía y, de hecho, aparte de AeroVelo estamos trabajando en un producto para el mercado basado en las técnicas que hemos venido desarrollando", responde Robertson desde Battle Mountain, la ciudad más cercana a la competición.
¿Qué sentido práctico tiene diseñar unos vehículos que solo tienen por propósito romper récords y que no podrían competir en competiciones de ciclismo? "Queremos cambiar la percepción de la gente sobre todo lo que se puede conseguir y también rebasar los límites de la tecnología del transporte sostenible", asegura. "Estas bicis son mucho más eficientes que los coches. Confiamos en crear tendencia y que se creen medios de transporte que tengan en consideración el medioambiente". Para el organizador del concurso, el objetivo de la competición es más poético: "Queremos ver rodando bicicletas que ofrezcan la misma poca resistencia al aire que tu mano cuando la sacas de la ventanilla del coche en la autopista".
Shafaqna